El Omega rubio camino hasta llegar a la mesa donde estaba sentado ese mariachi que a diario lo veía cenando con sana, su compañera, otra mesera, una Omega.
Pero esta vez el alfa estaba solo, Jimin tenía demasiada curiosidad por ese mariachi, siempre...
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Jimin empezó a servir la comida de los mariachis mientras iban saliendo los platillos.
Nadie dijo nada de lo que había pasado minutos antes, Jimin se dedicó a sonreír y atender bien a sus clientes.
El omega rubio dejó la cafetera funcionando, al parecer al Alfa pelinegro le gustaba el café caliente, y el hielo al lado.
Le tocaría llevar el café a lo último, ya que tenía que esperar para que el café se colara.
Cuando sirvió el último plato pudo verlo ensimismado en su celular sentado en una de las mesas que estaba sola, no en la que sus compañeros estaban comiendo todos juntos.
Jimin rápidamente fue a la cocina para ver si el café ya estaba listo, y al ver que la cafetera había terminado con su funcion, fue a donde estaban las tazas y los platos, rápidamente fue y sirvió el café, tomó dos sobrecitos de azúcar, una cuchara, y fue rápidamente al bar para conseguir el hielo.
Sana estaba sirviendo una Margarita, entonces miró al Omega que llevaba una taza de té y estaba por agarrar un vaso para echarle hielo.
— ¿es el café para el mariachi?— preguntó sana, demasiado interesada.
—sí, ya es el último que me queda por atender— contestó el Omega tranquilo, y se dedicó a tomar la pequeña palita para echar el hielo en el vaso y llevarle su café al Alfa.
—termina de hacerme esta Margarita, es de fresa, yo le voy a llevar el café— Jimin solo se la quedo mirando.
Sana le guiñó un ojo, tomó el café y le quitó el vaso con hielo de las manos, para ir ella a dejar el pedido del Alfa peli negro, que indirectamente había parado con su vergüenza minutos atrás.
Sin pensarlo, sus pies lo guiaron hasta donde iba la Omega caminando a entregar el café.
No avanzo mucho, pero puedo verla llegar a la mesa y sonreírle al mariachi, quién dejó el celular a un lado y le sonrió de vuelta.
Pudo ver como el alfa tomaba el vaso con el hielo y le echaba unos cuantos al café caliente.
A Jimin se le hizo demasiado raro, nunca había visto a alguien que pidiera café caliente, y menos, si el hielo era para echárselo el café caliente.
Sonrío divertido, y se regresó para hacer la margarita de sana.
Sana era una Omega demasiado liberal, no era como las demás, ella no se metía en lo que no le importaba, siempre iba de aquí para allá con diferentes alfas.
El Omega Rubio rápidamente hecho las fresas a la licuadora y empezó a batir, ya que sana había vertido lo anterior de la receta.
La vertió en una de las copas y adornó con una cereza, para luego poner un popote.
—heh, ¿ya quedó?— escuchó la voz de sana mientras caminaba entrando al bar, y se posicionó a un lado de él.
Jimin le mostró la copa, estaba en la barra del bar, sana sonrió.
