El mariachi estaba tocando, y Jimin estaba en la barra, lavando los vasos, rosa le había puesto la tarea, y Jimin había hecho caso.
Faltaban unas horas para cerrar, Jimin no podía evitar ver al mariachi tocando su violín, y sabía que se había dado cuenta por qué de vez en cuando sus miradas se encontraban.
El omega se sentía feliz, aunque no había avanzado nada en su propósito, cuando el mariachi terminará su hora de música, aprovecharía para pedir su comida, y tomar su tiempo de descanso.
Y así lo hizo, pidió su comida y el mariachi empezó a pedir su comida, sana era la encargada del mariachi esa noche.
Jimin estaba en la cocina conversando con los cocineros.
—¿quieres salsa diabla?— preguntó el cocinero principal, y Jimin sonrió, él sabía que sí.
—claro, sin salsa la comida no sabe igual— sonrió el Omega rubio, se sentía feliz, esperaba que esta vez el alfa no huyera de él.
Había pedido a tabú que cuidara sus mesas y se dirigió al área donde comían los mariachis, pero su sonrisa se desvaneció al no ver al mariachi que quería.
Antes de que se sentara en una mesa que estaba sola, alguien le hablo.
—hey güerito— escuchó la voz de don Martín, el Omega sonrió.
Don Martín era el segundo jefe de los mariachis, y se llevaban bien, el Alfa siempre hacia casi cuando el Omega le pedía una canción.
Jimin asintió con la cabeza, y fue a sentarse en la mesa para 6 donde estaba don Martín.
—no debes comer solo— dijo el alfa, Elsa acababa de traerle su comida, Jimin se sentó quedando frente a él, y al lado de él estaba Mario, dejando la cabecera de la mesa sola.
En el plato de Jimin había una quesadilla de pollo, al Omega le encantan.
—¿vas a poder comerte todo eso?— preguntó Mario y Jimin sonrió, siempre le preguntaban eso.
-claro, no he comido en todo el día— sintió, y la puerta se abrió, dejando ver al alfa pelinegro que llevaba un café en la mano.
Jimin no lo perdió de vista, y el alfa hizo como si no notará la mirada del Omega en él, lo ponía nervioso, era un Omega muy bonito.
El Alfa se sentó en la cabecera de la mesa, que estaba bacía, y Jimin quedó a un lado, el alfa había comprado café en la tienda de convivencia que estaba al lado del restaurante.
—¿quiere hielo?— preguntó Jimin sin pensarlo mucho.
Yoongi lo miró, y el Omega le sonrió apenado.
—oh, el hielo, ahorita le pediré a quien esté atendiendo a los mariachis— el alfa no dejaría que el Omega dejara su hora de comida para atenderlo.
ESTÁS LEYENDO
El Mariachi - YoonMin
FanfictionEl Omega rubio camino hasta llegar a la mesa donde estaba sentado ese mariachi que a diario lo veía cenando con sana, su compañera, otra mesera, una Omega. Pero esta vez el alfa estaba solo, Jimin tenía demasiada curiosidad por ese mariachi, siempre...