El Omega rubio camino hasta llegar a la mesa donde estaba sentado ese mariachi que a diario lo veía cenando con sana, su compañera, otra mesera, una Omega.
Pero esta vez el alfa estaba solo, Jimin tenía demasiada curiosidad por ese mariachi, siempre...
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El primer fin de semana fue difícil, los domingos, Yoongi entraba más temprano, pero aún así iban a desayunar, y después de su primer show, llevaba a Jimin al trabajo.
A la hora de salida, si la banda tocaba dos horas, Yoongi iba temprano por Jimin, pero si tenía su último show, el Omega lo esperaba media hora en el restaurante.
Al parecer todo estaba encajando, Yoongi quería regresar al restaurante, pero ya había tomado la decisión, y Jimin lo apoyaba.
Mario le había mandado unos cuantos mensajes, diciéndole que regresara, pero él aún no aceptaba las condiciones que el alfa peli negro le había puesto.
Así que aguantaría un poco más.
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El lunes por la mañana, Jimin estaba casi arreglado para salir, solo le faltaba colocarse los zapatos.
Yoongi lo había invitado a que fuera a verlo dar clases, el rubio estaba demasiado emocionado, podía imaginarse a Yoongi de profesor de música.
El mariachi se sentía mal, por tener que estar separado del Omega, los fines de semana, así que quería pasar todo el tiempo posible con él.
El celular de Jimin recibió una notificación, era Yoongi diciéndole que estaba afuera.
El rubio salió sonriente, ¿sería mucho decir que ya extrañaba al Alfa?, estaba Claro que se veían a diario.
Se colocó los zapatos, salió casi corriendo del departamento, no le gustaba hacer esperar a su Alfa.
Yoongi lo esperaba fuera del auto como siempre, Jimin no perdió el tiempo y corrió a abrazarlo.
El Alfa lo recibió contento, se sentía muy feliz de poder mostrarle al omega lo que le gustaba hacer, y que el Omega lo apreciara.
Fue media hora de camino, en el que llegaron a comprar el desayuno al McDonald's, y un café helado para el Omega.
Tenía media hora para desayunar en el auto, ya estaban enfrente de la escuela.
-la escuela es muy grande- hablo Jimin después de tragar su comida, para volver a morder de nuevo el pancake.
-hay otra más grande- sonrió el alfa, también comiendo.
