El Omega rubio camino hasta llegar a la mesa donde estaba sentado ese mariachi que a diario lo veía cenando con sana, su compañera, otra mesera, una Omega.
Pero esta vez el alfa estaba solo, Jimin tenía demasiada curiosidad por ese mariachi, siempre...
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Yoongi sintió cosquillas en su cuello, despertó apenas, y sintió un dolor en la nuca, por la posición, se sobresaltó un poco, cuando vio la cabellera rubia rozando la piel de su mentón.
El Omega estaba oliendo su cuello, y se sentía bien, cerro los ojos, sintiendo la sensación de la nariz del Omega rozando su cuello, no era el lado de su glándula de olor, pero aun así el Omega podía oler su esencia.
—hueles muy bien alfa— susurró el Omega, Yoongi se lamió los labios, se sentía nervioso.
Y a la vez se sentía ridículo, nunca se había puesto nervioso por un Omega, si bien Yoongi no era coqueto, por su profesión de músico, muchos omegas y betas, lo buscaban.
—me gusta la manzana— susurró el Alfa, el olor del Omega también le gustaba y lo relajaba.
Para esa hora, los supresores ya no funcionaban, el alfa miró la hora en su celular, 4:25 am.
Jimin se sentó bien en su lugar, el alfa reviso si tenía algún mensaje o llamada, pero no tenía nada.
—¿es hora de irte?— preguntó el Omega con un puchero, el alfa sonrió, ese rubio lo volvería loco, más con esos ojos azules brillantes.
—es hora, tú también debes dormir— mencionó el Alfa tranquilo
No sabía cómo despedirse, pero Jimin si sabía, o por lo menos era lo que quería hacer, lo que su cuerpo le indicaba.
—nos vemos mañana— susurro el Omega, y el alfa quitó los seguros del auto.
—nos vemos mañana— se despidió el Alfa.
Jimin se acercó sin pensarlo mucho, o no lo haría, así que le dio un beso en la mejilla, cerca de los labios.
Yoongi contuvo el aliento, sintió su lobo removerse, el Omega no le dio la cara y bajo del auto.
Jimin camino hasta el departamento y el alfa lo siguió con la mirada, una vez que lo vio entrar, arrancó el auto a su casa.
No le importaba la hora, nada, solo que se sentía bien, se sentía feliz, como hace tiempo no lo hacía.
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