No tan buenos amigos (Historia de Redomia #2) (Disponible en fisico)

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Bajo del auto de Mike sintiéndome desfallecer.

Realmente agradezco que Mike tenga este sentido de responsabilidad ambiental y se niegue a que utilicemos diferentes vehículos para hacer la misma ruta en el mismo horario. Venir en su auto permitió que pudiese dormir un poco ya que el efecto de la cafeína empezó a remitir aproximadamente unos 15 minutos antes de que Michael se presentara en mi habitación informándome que era hora de prepararnos para ir al trabajo.

Y si bien el breve viaje en auto no ha sido suficiente para compensar del todo la falta de sueño, al menos me ha salvado de morir de manera trágica por quedarme dormida tras el volante.
Mientras caminamos hacia el ascensor no puedo evitar notar que, a pesar de lo somnolienta que me encuentro, me siento más tranquila sobre lo que me espera el día de hoy.

No espero que la Sra. Hardy se convierta de pronto en una jefa de ensueño, pero creo ser capaz de lidiar con ella.

—Si crees que ya no puedes estar de pie, puedes ir al cuarto de descanso de los empleados y dormir un rato —dice Mike. Probablemente preocupado de que apenas pueda mantener los ojos abiertos.

—¿Puedo hacer eso? —pregunto esperanzada.

Él mira su reloj.

—Aún falta media hora para que tu jornada laboral comience, podrías descansar unos minutos.

—Eso es grandioso. ¿Dónde está ese lugar?

Michael me mira sorprendido.

—¿Acaso no te reuniste con alguien del equipo de Recursos Humanos ayer?

Sacudo la cabeza en un gesto de negación.

—Sí fui llamada a pasar por el departamento en cuanto tuviese la oportunidad, pero la Sra. Hardy se aseguró de que no tuviese ni un instante para hacerlo.

Sonríe levemente mientras sacude la cabeza divertido.

—Esa mujer no cambia —murmura—. Georgina, debes pasar por el departamento. El modelo de contratación que he aplicado contigo es bastante... irregular. Hay detalles que tienes que discutir con Recursos Humanos. Además ellos se encargarán de que conozcas todas las instalaciones.

—Haré todo lo posible por pasarme por allí cuanto antes.

Lo cierto es que no sé nada sobre este tipo de procesos, después de todo es la primera vez que tengo un empleo.

Las puertas del ascensor se abren y nosotros abordamos. En el interior se encuentran dos hombres y una mujer, todos con el aura de competencia que caracteriza a los empleados de esta compañía.

Bajo la mirada a mi vestido amarillo.

Definitivamente no encajo en este lugar.

Los presentes saludan a Michael animadamente, mientras que a mí me saludan con miradas de curiosidad y sonrisas extrañas.

Imagino que pasará un tiempo antes de que se acostumbren a verme aquí como una empleada más.

Veo a Mike presionar el botón que da al nivel en que está su oficina.

—¿Qué has decidido? ¿Irás al cuarto de descanso o directamente a tu área? —pregunta.

Obviamente quiero ir a dormir un rato, pero no quiero decir ante estas personas que deseo ir a descansar cuando apenas he llegado a la empresa.

—Iré a mi área —digo con formalidad mientras me adelanto para presionar el botón yo misma.

Michael me mira enarcando una ceja. Es entonces cuando caigo en la cuenta de que he presionado el botón equivocado.