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 —¡¿Cómo puede ser que no tenga nada que ponerme?! —exclamo dejándome caer junto a Mike en el diván del vestidor.

—No digas tonterías —dice Michael sin despegar la mirada de su móvil—, cada rincón de este lugar está a reventar de ropa. Y compraste cinco vestidos nuevos en tu última visita a Charllie justo para el día de hoy.

—Lo sé, por eso tiene menos sentido el que no tenga nada que ponerme —repito.

—Tal vez estás siendo demasiado exigente —sigue sin mirar—. Ese último vestido que te probaste te quedaba estupendo.

Giro los ojos en mis órbitas.

—Ese último no me sentaba en lo absoluto —digo con exasperación—. Pero por supuesto, ¿tú qué vas a saber si hace más de media hora que ni me miras?

Por fin levanta la mirada.

—Georgie, hasta una bolsa de basura te sentaría bien. Y te vi probarte más de diez vestidos antes de decidir que había tenido suficiente, así que no puedes quejarte —dice, pero guarda su móvil de todas maneras—. A decir verdad no entiendo por qué te está costando tanto decidirte. Es la primera vez que te veo tan insegura con respecto a qué ponerte.

—Es que no lo entiendes, Mike —digo—. De este vestido podría depender mi futuro.

—Realmente siento mucha pena por ti si un vestido es la pieza clave de tu futuro —replica.

—Quiero que sepas que si fracaso hoy será enteramente tu culpa.

—¿Mi culpa?

—¡Por supuesto! —exclamo—. No has querido decirme cuál es el color favorito de Jeremy.

Pone los ojos en blanco.

—Ya te dije que no lo sé —dice tratando de contener su exasperación—. Además sigo sin entender por qué eso es tan importante.

—Necesito usar un vestido de su color favorito.

Me observa confundido.

—¿Y eso por...?

—Una vez leí que una forma de atraer la atención de un hombre era utilizar su color favorito. Algo así como que le resultarías agradable a la vista... Familiar.

Él suelta una carcajada y yo le pongo mala cara.

—Disculpa, Georgie, pero jamás he salido con una mujer solo porque haya estado vestida de rojo.

Es mi turno de poner los ojos en blanco.

—Claro que no —digo—, porque el color rojo no es tu favorito.

—¿Ah, no? —enarca una ceja.

—Tu color favorito es el azul, Mike —señalo—. Siempre dices que es el rojo, pero siempre te inclinas por el azul cuando tienes que elegir. Tu ropa, tus autos, la decoración de tu casa... En fin.

—No importa —dice sacudiendo la cabeza—. De todas formas sigo sin saber el color favorito de Jeremy.

—¡Pero dijiste que es tu amigo!

—Ni siquiera sé cuál es el color favorito de Andrew. Por lo visto ni siquiera sabía el mío.

—El de Andrew sí es el rojo. Creo que justo por eso también creías que era el tuyo.

Se pone de pie.

Lo veo acercarse a la sección de vestidos de noche y me levanto para seguirlo.

—Toma —Saca un vestido del armario y me lo entrega—. Te pondrás ese, te guste o no. El chófer pasará a recogernos en media hora, es el tiempo que tienes para estar lista. Yo iré a arreglarme y te juro que si no estás preparada para irte a tiempo me iré sin ti.

No tan buenos amigos (Historia de Redomia #2) (Disponible en fisico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora