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Hago los documentos en mi mano a un lado con brusquedad.

No consigo concentrarme.

Se suponía que mi plan para hoy era pasar el día enterrada entre las decenas de documentos relacionados con el proyecto Richers y no pensar en nada más.

Estoy demasiado descontrolada. Justo cuando había olvidado a mi madre tenía que aparecer Carolina.

Pero es mi culpa. Nunca debí ir a esa fiesta.

Una fiesta que evité por años solo en caso de que existiera la remota posibilidad de encontrarme con esa mujer, que no es más que otro detonante de malos recuerdos.

Cuando Mike sugirió que allí podría encontrar a Jeremy pensé en rechazar la idea inmediatamente, pero luego me dije que era absurdo dejar pasar tan buena oportunidad por un miedo irracional. Me dije que era imposible que ella fuese a estar allí, no había estado en el país por años.

Me confié demasiado en ese hecho.

Pero está de vuelta y con ella una amenaza por la que creí ya no tendría que preocuparme nunca.

No sé si es más sorpresivo que Carolina pidiera verme o el que yo accediera a hacerlo.

No entiendo qué hacemos aquí, Carolina. No tengo nada que hablar contigo.

Puede que tú no pero yo sí.

La miro con interés.

Michael no te lo ha dicho ¿cierto?

¿Qué?

Que estamos saliendo.

Siento como si me hubiese dado una patada en el estomago pero controlo mi expresión.

No, no me ha dicho —digo con fingida indiferencia—. ¿Era eso lo que querías decirme? Felicidades entonces, conseguiste lo que querías.

Así es. Lo conseguí y pretendo conservarlo.

Me sostiene la mirada con firmeza.

No preguntaré qué hiciste, no me interesa conocer los detalles, pero es evidente que Mike sigue sin saber nada al respecto. Me comprometo a ayudarte a mantenerlo así... A cambio tú no te conviertes en un problema para mí...

Rio sin humor.

Me echas en la cara que estás saliendo con él como si hubieses ganado solo para revelar un segundo más tarde que tienes miedo de mi posición en su vida. Supongo que eres lo suficientemente inteligente como para entender que soy mucho más importante de lo que tú nunca serás.

Pareces muy confiada en la fuerza de tu relación con él. ¿Crees que resista el que se descubra tu pequeño secreto? ¿Apostamos a cuál será la reacción de Mike cuando le diga?

No vas a asustarme con eso. No vas a decirle.

¿Te atreverás a ponerme a prueba?

No puedes hacerlo sin hundirte tú también en el proceso. Después de todo tú elegiste guardar mi secreto también.

Yo solo te advierto Georgina que si siento aunque sea remotamente que lo estoy perdiendo por tu culpa, voy a decirle. Porque sí, puede que me hunda en el proceso, pero me aseguraré de llevarte conmigo. Ambas vamos a perderle.

Han pasado años desde aquella amenaza y sigue asustándome como el primer día.

Sacudo la cabeza.

No es momento de pensar en esas cosas.

No tan buenos amigos (Historia de Redomia #2) (Disponible en fisico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora