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Una nueva arcada me ataca pero está vez ya no tengo ningún contenido en el estomago para devolver.

Me levanto del piso y me acerco al lavabo.

Supongo que mi madre se saldrá con la suya una vez y más y conseguirá lo que quiere, perderé todo el peso que he subido.

He vuelto a ser incapaz de retener alimento.

Regreso a la habitación y veo sorprendida a Michael apoyado contra el umbral de la puerta.

—¿Qué haces aquí? —pregunto—. ¿No deberías haberte ido a la oficina ya?

Mike y yo también hemos retrocedido unos pasos. Hemos regresado al apenas intercambiar palabra.

Me parece que le preocupa decir algo que pueda alterarme y termine por tener contracciones de nuevo.

—Georgina apenas has probado bocado en la últimas 24 horas y has vomitado tras hacerlo —señala—. Creo que debemos llamar a la doctora Arias de nuevo.

—Estoy bien.

—No luces bien.

—Vaya, gracias —replico.

Gira los ojos en sus órbitas.

—Sabes exactamente a lo que me refiero. Si palideces un poco más serás un fantasma.

—Estoy bien —repito—. Puedes irte.

—Georgina... —empieza una vez más.

—Vamos, Michael, en este momento lo que menos necesito es tu preocupación para hacerme sentir culpable. Confía en que pueda determinar cuando realmente necesite asistencia médica y en ese caso te llamaré.

—No me llamaste ayer.

—Porque no era necesario.

Sacude la cabeza en señal de rendición.

—Hablé con Matthew sobre Susan. No pareció importarle demasiado —informa.

—Me alegro —digo con honestidad.

El que Michael haya hecho que mi madre prescindiera de los servicios de Susan ha sido una de las mejores noticias que he recibido últimamente.

—Me iré ahora. Si necesitas cualquier...

—Lo sé. Te llamaré.

Asiente, se da la vuelta y abandona el lugar.

¿Qué demonios me sucede?

No puedo seguir desquitando mis frustraciones con Michael, sin importar cuanto me hayan dolido sus palabras.

Me dejo caer en la cama y tomo mi celular.

No me cuesta encontrar un nuevo vídeo hablando sobre nosotros.

Es un clip de ese molesto programa de farándula que por alguna razón es tan popular.

—Si el pequeño ha estado viviendo en Inglaterra todo este tiempo los cambios a los que se está enfrentando deben ser demasiado para alguien tan joven —dice una de las presentadoras del programa.

—Así es. Lo que te hace cuestionar el por qué traerlo ahora. ¿Por qué de pronto interesarse en él si no pareció que lo hicieran antes?

—Quizá algo sucedió. Puede que ya no estuviese bien donde estaba. Por lo que sabemos la madre de Georgina no es del tipo maternal. ¿Cuántas veces le han visto con su propia hija?

—Yo ninguna, para ser honesta. Aun así debemos recordar que el que estuviera viviendo con ella es solo una especulación, no hemos conseguido ninguna confirmación.

No tan buenos amigos (Historia de Redomia #2) (Disponible en fisico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora