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Esta podría parecer una mañana como cualquier otra. Pero no lo es...

Es completamente distinta porque claramente he perdido la cabeza.

¡Me he acostado con Mike! ¡Me he vuelto a acostar con él luego de haber jurado que algo como esto no volvería a pasar!

¿Acaso me he vuelto loca?

Más si la locura se siente de esta manera que bienvenida sea.

¡Cielos, cómo me gusta este hombre!

Los besos y caricias de Mike bien que podrían comercializarse como la solución a todos los problemas del mundo.

Siempre recordé nuestros encuentros en el pasado como demasiado buenos para ser reales y por mucho tiempo pensé que quizá simplemente se debía al asunto de que fuera el primero. Creía que mis memorias podían estar embellecidas y que posiblemente realmente nunca hubiese sido tan bueno como recordaba.

Pero debo decir que de hecho ahora estoy segura de que mis recuerdos no le hacían justicia.

Mientras disfrutaba de cada roce y de lo bien que siguen acoplándose nuestros cuerpos no tuve oportunidad alguna de pensar en la pésima idea que esto era.

Clavo la mirada en su torso y tengo que contenerme para no recorrer con un dedo cada perfecto contorno de sus músculos.

Es un cuerpo tan familiar y a la vez tan desconocido.

Un escalofrío me recorre al recordar la noche anterior.

Me arrimo más a él y no puedo evitar preguntarme cómo nos resistimos a esto por tanto tiempo.

Aunque lo cierto es que la estabilidad de nuestra relación como hasta ahora dependía de jamás cruzar los limites.

Sabía que de solo pisar la línea imaginaria que tracé entre nosotros toda nuestra fachada se haría añicos.

Y con los recuerdos de lo que puede hacerme sentir tan claros en mi memoria entiendo perfectamente por qué.

«Controlate, Georgina, se supone que estás pensando en cómo demonios vas a arreglar esta situación», me recuerdo.

No me arrepiento, acostarme con Mike es una cosa que jamás lamentaría, pero es evidente que anoche me dejé llevar demasiado y no estaba para nada pensando seriamente en las consecuencias y las implicaciones de hacerlo.

¿Cómo interpretará Michael lo que hicimos?

¿Qué espera pase a continuación?

No es como que podamos seguir haciendo esto.

No puedo simplemente olvidar lo que me ha mantenido alejada de él todo este tiempo.

Estar juntos con normalidad sería...

Siento las lágrimas asomarse y cierro los ojos para contenerlas.

No voy a llorar.

Si Michael despertara para encontrarme con el rostro empapado de lágrimas pensaría que es por esto.

Y definitivamente no me arrepiento, volvería hacerlo sin dudar. Sin embargo no debo.

No importa qué tan bien se haya sentido, a la luz del día hay muchas cosas en las que pensar.

En primer lugar el cuál será nuestra primera conversación luego de la noche que tuvimos.

Siempre estuvimos completamente cómodos el uno con el otro antes, durante y después del sexo. Nada de silencios incómodos ni timidez alguna.

No tan buenos amigos (Historia de Redomia #2) (Disponible en fisico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora