Presiono el botón para confirmar la transacción y me reclino en mi asiento.
Está hecho. Oficialmente he pagado todas mis cuentas.
He estado buena parte de la mañana ocupada resolviendo todo lo que Mike y yo no pudimos resolver anoche porque decidimos invertir nuestras energías en acostarnos.
Supongo que eso explica en parte el que a pesar de haber dormido más de lo que había hecho en días me siento incluso más agotada.
También he hablado con el abogado de mi padre, al que considero debo empezar a llamar MI abogado dado que papá está muerto.
Éste todo lo que hizo fue soltarme todo un sermón sobre como debía ser más responsable y que esperaba que no volviese a retrasarme con mis pagos.
Ni siquiera se disculpó por haber despedido a mi ama de llaves sin avisarme. Dijo que solo había terminado todos los contratos a nombre de mi padre y que no tenía idea de quien trabajaba directamente conmigo y quien para la mansión principal.
Y para colmo dice aún no tener ni idea del paradero del "heredero misterioso" de papá.
Pero admito que todo ese asunto de mis finanzas es ahora el menor de mis problemas.
Doy un sorbo a la que vendría siendo mi tercera taza de café.
«Estoy enamorado de ti» resuena en mi cabeza.
¿Acaso entiende Michael el impacto de esa confesión?
Las cosas no van a cambiar porque me ame de esa manera.
Lo único que cambia es que no tengo más opción que aceptar algo en lo que adrede he evitado pensar por años y es que tengo el poder de romperle el corazón.
Y voy a romperle el corazón. No puede ser de otra forma.
Lo intentemos o no.
La única diferencia es que si no lo intentamos puede que aún pueda conservarlo como mi mejor amigo.
Lo primero que tengo que hacer ahora es dejar de acostarme con él. En serio. No más dejarme llevar. Ya lo disfruté mucho más de lo que debí permitirme.
¿Pero podré resistirme a él?
—¿Se puede saber qué te sucede, Barbie?
La voz de la señora Hardy me saca de mis pensamientos.
—Estoy bien, no me sucede nada —digo sin sonar en lo absoluto convincente.
—No tenía idea de que etiquetar unos documentos fuese una tarea tan difícil como para hacerte perder la cabeza.
Todo indica que mi buen desempeño en el proyecto Richers no ha servido de mucho a la hora de hacer ceder a Blanca ante su renuencia a recibir verdadera asistencia.
Sigue asignándome tareas sin sentido y recados simples.
Lo que menos necesito es tiempo para pensar y parece que tendré bastante.
—Creo que precisamente el problema es que es una tarea demasiado sencilla. ¿No podría darme algo para hacer que me impida pensar? Por favor.
—¿No quieres pensar? —pregunta.
—No —digo sin dudar—. Quisiera poder tener la mente completamente en blanco.
—Y yo que pensaba que ese era el estado natural de tu cabeza —dice.
—Es lo que siempre han pensado todos.
Apuro mi vaso de café bajo la mirada atenta de la señora Hardy.
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No tan buenos amigos (Historia de Redomia #2) (Disponible en fisico)
RomanceSi estás acostumbrada a vivir entre los mejores lujos, segura de poder tener todo lo que el dinero pudiera comprar, y de pronto te dijeran que te has quedado sin nada ¿qué harías? ¿Y si se te ocurriera una loca idea a la que tu mejor amigo te respon...