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Me acerco al ventanal y espío afuera.

Sonrío ante la visión de Matthew jugando con Mike y Andrew.

Michael acaba de regresar de Londres tras completar el proceso de re-registro del nacimiento de Matt y conseguir la aprobación para que podamos solicitar que se ponga fin a la orden de custodia que tiene mi madre, por lo que estoy de muy buen humor.

Debo atribuir a mi buen humor el que decidiera no declinar la invitación de Rosalie a un almuerzo familiar. Era evidente que ella ya no podía resistir las ganas de conocer a Matthew formalmente.

Michael ya me había dicho sobre esto pero había logrado evitar el tener que reunirme con su familia por unas semanas más, sin embargo ya me pareció que era lo justo que viniéramos.

Además Matt también se moría de ganas por conocer al resto de su familia.

«Familia»

Todavía me resulta extraña la nueva connotación que ha tomado esa palabra.

—¿Espiando a nuestros chicos? —pregunta Rosalie con humor.

—Asegurándome de que esta reunión no se arruine por un inesperado viaje a emergencias —digo regresando a su lado.

Decidimos llegar antes para ayudar a los anfitriones ya que ellos decidieron dar el día libre a su personal de servicio debido a nuestra situación.

Únicamente el equipo de seguridad está trabajando.

—Confío en que mi hermano controle a Andrew lo suficiente como para que nadie termine con algún hueso roto.

—Yo no apostaría a ello —murmuro recordando el destrozado candelabro en nuestro salón.

Tomo el cuchillo de sus manos y señalo hacia la isleta en el centro de la cocina.

—Yo seguiré aquí. Tú ve y toma asiento un rato —digo.

—¿Estás consciente de que no me has dejado hacer prácticamente nada? —dice mientras se aleja en la dirección señalada.

Me pongo a la tarea de cortar las cebollas ante mí.

—Prefiero estar ocupada —digo—. Además ya luces obviamente embarazada por lo que me hace sentir culpable verte trabajar mientras yo estoy sentada.

—Te sienta bien esto de la maternidad. Te ha hecho más amable —bromea.

—Sí, bien... No te acostumbres... Mi amabilidad termina en cuanto la pequeña esté fuera de tu cuerpo.

Hoy Andrew y Rose nos anunciaron que el bebé que esperan es una niña. Creo que lo habían sabido por semanas pero habían guardado el anuncio por todo lo sucedido.

Ella ríe.

—Entonces siguiendo tu lógica no tengo que ser amable contigo porque no estás embarazada.

—Exacto. No estás obligada.

—Bien, entonces guardaré mi amabilidad para cuando lo estés.

Opto por no decir nada ante su certeza de que un día volveré a estar embarazada.

Las cosas entre Mike y yo han sido maravillosas. Más que eso debería decir. Hemos llegado a un estado en el que la distancia que hubo entre nosotros hace no tanto parece un recuerdo muy distante.

Sin embargo nuestra relación sigue siendo algo incierto.

Y la idea de agregar más niños a nuestro futuro es una en la que estoy segura él no ha pensado.

No tan buenos amigos (Historia de Redomia #2) (Disponible en fisico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora