—¡Ahhhh! —exclamo apretando con fuerza la mano de Mike.
—Respira —dice Michael haciendo la demostración justo como nos enseñaron en las clases de preparación al parto.
Lo observo con irritación.
Es fácil concentrase en respirar adecuadamente cuando no sientes que se te está partiendo el cuerpo en dos.
¿Por qué demonios aceptó que tuviera un parto en casa de modo que no pudiera ponerme la epidural?
Sé que fue mi idea y que me tomó todo un mes convencerlo de que era una buena idea, pero ¿por qué demonios se dejó convencer?
Una vez pasé las treinta semanas de embarazo ambos empezamos a convencernos de que en esta ocasión llegaría a termino por lo que dejamos de preocuparnos demasiado porque la bebé necesitara asistencia de emergencia.
Dado que detesto los hospitales y mi última experiencia de parto en uno no fue en lo absoluto positiva empecé a sopesar la idea de tener un parto en casa.
Y siendo que nuestra casa de ensueño estaría lista a tiempo me convencí de que estaba destinado a ser.
Michael no estuvo convencido al principio pero terminó por ceder cuando la doctora dio el visto bueno al plan.
Así que lo preparamos todo. Pero no para hoy. Definitivamente no para hoy.
Honestamente a pesar de que Mike y yo bromeamos mucho con la posibilidad jamás esperé que realmente pasaríamos nuestra noche de bodas de esta manera.
Decidimos que tendríamos una boda pequeña y privada, también en casa.
Dado que acabamos de mudarnos a nuestro nuevo hogar pensamos que sería muy gracioso sorprender a todos con una boda sorpresa. Después de todo algo como eso parecía ajustarse de maravilla a nuestra relación.
Ellos creían que venían a un almuerzo para conocer el lugar, pero terminaron encontrándose con una boda. Por supuesto logramos nuestro cometido y dejamos a todos estupefactos con la sorpresa, pero esta terminó viéndose rápidamente superada por el hecho de que entré en labor de parto tan pronto acabamos de pronunciar el "sí, acepto".
Con 37 semanas y seis días de embarazo debimos haber imaginado que a nuestra hija le parecería la broma perfecta decidir llegar el día de nuestra boda.
En este momento toda la familia de Mike —no, nuestra familia—, espera en el piso de abajo a que yo tenga un bebé. Incluso la miembro más reciente de la misma, la pequeña Analisse.
Sin embargo muy pronto será desplazada de ese lugar.
Hasta la Sra. Hardy decidió quedarse a esperar.
Pujo una vez más por indicación de la doctora Arias.
—Uno más como ese y estará aquí —asegura la mujer.
Y espero que tenga razón porque estoy agotada.
—¡Ahhhh! —pujo una vez más y de pronto es como si las ultimas horas hubieran estado en mi imaginación.
No hay dolor, ni cansancio. Nada.
Solo total y completa paz mientras escucho el fuerte llanto de mi bebé.
La doctora coloca a la pequeña en mi pecho y siento el calor de las lágrimas en mis mejillas mientras veo a mi preciosa hija.
Michael también la observa con completa adoración.
Se ve forzado a apartar la mirada para cortar el cordón umbilical, pero tan pronto lo hace regresa a estar embobado con esa criaturita que acaba de salir de mí.
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No tan buenos amigos (Historia de Redomia #2) (Disponible en fisico)
RomansaSi estás acostumbrada a vivir entre los mejores lujos, segura de poder tener todo lo que el dinero pudiera comprar, y de pronto te dijeran que te has quedado sin nada ¿qué harías? ¿Y si se te ocurriera una loca idea a la que tu mejor amigo te respon...