Vuelvo a preguntarme qué rayos voy a hacer, hecha un ovillo en mi cama, abrazada al cofre que revuelve en mí tantas emociones.
Necesito componerme, Michael llegará en cualquier momento.
No deseo que me vea de esta manera. Especialmente no tras haber visto a Carolina. No necesito que asocie ambas cosas.
El sonido de mi móvil me sobresalta.
Resulta demasiado estridente en el silencio que se había instaurado en la habitación.
Debe tratarse de Michael una vez más. Estiro mi mano hacia el aparato a pesar de saber que no voy a responder.
Hablaré con Mike cuando no me quede otra opción porque esté de pie frente a mí.
Veo con sorpresa que se trata de Jeremy.
Entiendo de pronto por qué está llamando.
—Hola —me obligo a contestar.
—Hola, Georgina, ya estoy aquí.
Contengo un gruñido de frustración.
¿Cómo es que me meto en estas cosas?
—Oh, genial —digo sin emoción—. Avisaré que te dejen pasar. Todavía no estoy lista.
Me apuro a notificar a seguridad para que le permitan la entrada y voy hasta la puerta.
Trato de sonreír pero me es casi imposible. Consigo hacer una mueca que pretende ser una sonrisa antes de abrir la puerta.
Lo primero en saludarme es un ramo de flores.
Rosas rojas. Un cliché.
—Vaya, gracias —digo tomando las flores y dándome la vuelta rápidamente para que no pueda ver mi rostro—. Adelante, pasa. Me tomará un momento estar lista, espero no te importe.
—Para nada —dice siguiéndome al salón.
Lo que verdaderamente quiero es mandarlo de regreso a su casa y volver a refugiarme bajo mis cobijas, pero no puedo hacer eso.
Esta es otra consecuencia de mi impulsividad y mi mala costumbre de tomar malas decisiones, por lo que tengo que hacerme responsable.
—Toma asiento, ponte cómodo —indico cortésmente—. ¿Quieres algo de tomar? —ofrezco.
—No, estoy bien, gracias —rechaza y noto que revisa las decenas de fotos que se esparcen por toda la estancia.
Estoy sola en la mayoría, son retratos profesionales. Pero en las que no, la única persona que me acompaña es Mike.
Son fotos más personales. Más relajadas. Fotos de nosotros a los 10 años en un festival de la escuela, a los 14 en nuestro primer baile, sonriendo ampliamente uno junto al otro en nuestra graduación de secundaria, una foto de nosotros a la distancia en medio de una carcajada mientras Mike me llevaba en su espalda...
Fotos de cuando todo era mucho más sencillo. De cuando no había secretos entre nosotros.
—Regreso enseguida —digo con un nudo en la garganta y me alejo.
Entro en el cuarto de baño y me dirijo al lavabo. Mojo mi rostro repetidamente en un intento de serenarme.
Lo que no consigo.
Me apoyo contra el lavabo mientras intento convencerme de que echarme a llorar ahora es una pésima idea.
Más no consigo evitarlo.
—Georgina —escucho el llamado de Jeremy.
Caigo entonces en la cuenta de que han pasado casi 20 minutos.
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No tan buenos amigos (Historia de Redomia #2) (Disponible en fisico)
RomanceSi estás acostumbrada a vivir entre los mejores lujos, segura de poder tener todo lo que el dinero pudiera comprar, y de pronto te dijeran que te has quedado sin nada ¿qué harías? ¿Y si se te ocurriera una loca idea a la que tu mejor amigo te respon...