Es marzo, la primavera se abre paso entre los alumnos y alumnas que están impacientes por empezar un nuevo curso; en especial, los que acceden a uno superior. Delante de los grandes tablones donde se le asigna a cada estudiante una clase, se puede ver cómo algunos se abrazan felices a sus amigos, otros se buscan presa de los nervios y otros más, pues, lloriquean porque van a ir a parar a una clase donde no conocen a nadie.
Sin embargo, el lindo muchacho que llevaba todos los días se vacaciones impaciente por volver a empezar, salta feliz agarrado al cuello de su mejor amigo, pues han caído juntos en la misma clase.
- ¡Hyung! Estoy tan feliz – sus rizos castaños dan contra la mejilla del mencionado, haciéndole cosquillas – volvemos a estar juntos, tenía mucho miedo de no poder estar a tu lado.
- Sí, sí, Taehyungie, suéltame anda – dice el mayor, sintiendo sus mejillas arder por la cercanía del castaño – la gente nos está mirando raro – hace un pequeño puchero, que saca una risita adorable del menor – oh, mira, es Jiminie.
El castaño se vuelve, casi a la vez que un muchacho de unos centímetros más bajo se le echa encima cual koala; Taehyung lo abraza feliz y deja un besito en su mejilla.
- ¡Jiminie! – lloriquea, alzándolo para darle vueltas de felicidad – te he extrañado muchísimo.
- Estuvimos juntos ayer, pero que exageración – el mayor de cabellos azabaches rueda los ojos, ante la demostración de amor desmesurado que tienen sus dongsaengs – tú también estás en nuestra clase, Jiminie.
- HyungSik hyung, deberías amarnos más – pucherea el rubio, obteniendo un apretón de mejillas del mencionado - ¡Auch!
- ¿Taehyung? – pregunta HyungSik, al ver que su dongsaeng se queda mirando a la nada. Es entonces cuando entiende qué pasa.
Los que son los claros populares de la escuela aparecen ante ellos, pero no parecen ser peligrosos o intimidantes, es que tienen un aura que dice con claridad "somos inalcanzables", sin embargo, van riéndose a carcajadas, en especial uno que tiene una risa parecida a la de un caballo, que hace a Jimin reírse bajito.
- Seoojon hyung... - susurra Taehyung, aunque solo lo escucha HyungSik – parece ser que ha vuelto.
- Eso estoy viendo, sí – el pelinegro pasa su brazo por los hombros del castaño, a la vez que lo hace por los de Jiminie – vayamos a nuestra clase, es mejor que no nos reconozca, no queremos discusiones el primer día.
Los dos menores asienten y se dejan arrastrar por HyungSik, pero mientras Taehyung iba hablando con él, alguien le choca con el hombro; el castaño se gira con un puchero totalmente a disgusto de haberse llevado un golpe, pero el chico ni siquiera se disculpa, sigue yendo hacia el grupito de chicos que se reía antes. No le da tiempo a verle porque su hyung, le hace andar de nuevo, pero la llama de la curiosidad se crea por verle la cara a ese chico que tiene un cuerpo firme, pero delgado, es algo más bajo que él y tiene muchos anillos.
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HyungSik, Jimin y Taehyung conocen a mucha gente durante su primera semana allí, y, además, ya se ha enterado de por qué esa gente es tan popular, y es que tienen un grupo de música en el instituto.
Parece ser que ese muchacho que se ríe como un caballo, es el vocalista, de hecho, tienen muchas ganas de escucharlo cantar porque todos dicen que es como oír una melodía de los mismos ángeles, otro de los chicos, que siempre va sonriendo a todos lados y que parece ser el líder, es el rapero oficial junto con el vocalista.
Parece ser que hay otros dos más, pero no han reparado mucho en ellos porque el vocalista llama tanto la atención, que ellos dos se han quedado un poco a parte.
Y han conocido en clase a un nuevo amigo, que se llama Jung Hoseok, con el que Jimin ha hecho buen equipo desde el principio. De hecho, Taehyung piensa que a su mejor amigo le gusta ese chico que siempre está sonriendo.
- Jiminie ~ - susurra en su oído, divertido – digámosle a Hobi que se venga con nosotros a pasar la tarde.
- Vale, díselo tú – accede el rubio; pronto siente sus mejillas arder cuando ve que su amigo sube y baja con rapidez las cejas – y no, deja de decirme que me gusta, o si no empezaré yo a decir que a ti te gusta HyungSik hyung.
- Ojalá – pucherea el castaño – en mis 17 años de vida nunca me ha gustado nadie, mi amado Jiminie – los ojos de Taehyung se posan en su mayor, sonriendo con calidez cuando éste le sonríe – y, con hyung, todo sería especial, estoy seguro, pero es que ni siquiera sé si me atraen los hombres o las mujeres.
- Eso da igual, las personas son personas, el género es irrelevante – Jimin aplaude cuando el timbre suena; Taehyung recoge sus cosas y se dispone a salir del edificio junto a sus tres amigos.
El espectáculo que tienen de lluvia torrencial fuera les hace suspirar, volver a casa con este tiempo es horroroso. Taehyung rebusca en su mochila y por más que lo intenta, no encuentra el paraguas: - chicos, id yendo vosotros primero, yo iré a clase a ver si me lo he dejado allí ¿Sí?
Los demás asienten y salen a correr debajo de esa lluvia con sus paraguas a la vez que Taehyung vuelve corriendo a clase, pero en efecto, es que no se lo ha traído.
Anda con la cabeza gacha por los pasillos hasta que vuelve a la puerta del edificio, planteándose seriamente lo que hacer; sus opciones es echar a correr o esperar un poco a que amaine la lluvia. Mientras está esperando, no siente a la persona que viene detrás de él, aunque sí cuando se decide por correr.
Taehyung hace el amago de salir disparado cuando alguien le agarra de la mano y tira de él antes de que un trozo del techo, reblandecido por la lluvia, caiga exactamente por donde habría pasado él; el castaño frunce el ceño y se vuelve.
- De nada – dice el otro simplemente, abriendo su paraguas para salir por la puerta.
El corazón de Taehyung está desbocado, y su piel quema por los escasos segundos que ha estado su muñeca agarrada; y solo una cosa aborda su mente, y solo son esos orbes felinos, oscuros como la noche.
