𝟭𝟮

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Antes de que Taehyung pueda preguntar si le ha gustado o no, porque su mayor ha escondido el rostro detrás del peluche, la voz que sale de los altavoces en el parque les avisa que están a media hora del cierre.

- Hyung, vayamos a la ruleta de la suerte, nos da tiempo a una última, anda – observa cómo el pelimenta asiente y los dos echan a andar.

Taehyung se muerde el labio, realmente quiere preguntarle qué le pasa, pues es raro que Yoongi no se haya metido con él por haberle conseguido un peluche, estaba seguro de que vendría una estruendosa risa por eso. Ni siquiera consigue verle porque entre la gorra y el peluche, no se deja adivinar por su expresión si le ha gustado.

El silencio ensordecedor de Yoongi le está torturando a cada paso que dan en la cola hacia uno de los montículos de la gran ruleta; su mente le está mostrando miles de escenarios posibles, pero en ninguno acaba bien esto.

Conforme se suben, el pelimenta gira su rostro para mirar el atardecer, evitando todo el rato hacer contacto con Taehyung.

- L-Lo siento, Yoongi hyung – acierta a decir el menor. Por fin el mencionado se gira y su corazón se estruja al verle con la cabeza agachada y jugueteando con sus dedos, atacándole de nuevo – s-siento que te haya molestado y no te guste el peluche, yo no he podido obtener otro, no tengo mucha puntería y-

- Silencio, me ha encantado, bobo – susurra, cortándole la sarta de tonterías que estaba soltando por la boca.

Taehyung levanta los ojos y es en ese momento en el que por fin lo comprende. Los rayos anaranjados del sol que se esconde, resaltan por completo el furioso sonrojo en las mejillas de su mayor, sus pequeños dientecitos tienen atrapado el labio inferior y sus manos aprietan con fuerza el peluche.

Min Yoongi le gusta, mucho.

El latido traicionero de su corazón le hace morirse de la vergüenza, pues está casi seguro de que su mayor, lo acaba de escuchar en este momento.

- Ya no estoy enfadado contigo – sonríe el pelimenta, tranquilizando a Taehyung – me lo he pasado genial y este peluche ha sido lo que no sabía que necesitaba hasta ahora – sus ojos se desvían, por la vergüenza – g-gracias por conseguírmelo.

- No hay de qué, hyung – Taehyung sonríe en grande.

Ambos se quedan en un silencio cómodo, perdidos en sus pensamientos. Cada uno mirando a un lado de la ruleta, el pequeño espacio haciendo que sus manos se rocen levemente; no saben ni cuando sus dedos meñiques están entrelazados con el contrario, pero se siente demasiado bien.

Es entonces, cuando armándose de valor, Yoongi decide tomar impulso y girarse rápidamente para agradecerle con un besito en la mejilla; casi parece que Taehyung le había leído el pensamiento, pues se gira con la misma intensidad.

Sus narices se rozan y ambos se quedan estáticos. Las miradas de los dos chicos chocan y lentamente, bajan a los labios del contrario.

Dejándose llevar, Taehyung se atreve a acortar poco a poco la distancia mientras Yoongi cierra los ojos para recibir encantado su primer beso. Desde luego esa no era la forma en la que se había imaginado que acabaría el día, pero está completamente feliz de sea su precioso y encantador menor, el que se lo dé.

Pero ésta vez, no va a poder ser.

Pues el teléfono de Yoongi empieza a sonar furiosamente y les hace separarse debatidos entre la vergüenza, el sonido ensordecedor de sus corazones latiendo con fuerza y el pensamiento de lo que iban a hacer hace escasos segundos.

Pues el teléfono de Yoongi empieza a sonar furiosamente y les hace separarse debatidos entre la vergüenza, el sonido ensordecedor de sus corazones latiendo con fuerza y el pensamiento de lo que iban a hacer hace escasos segundos

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Taehyung casi quiere saltar de la ruleta por tal de que le llegue el aire de nuevo, mientras escucha a Yoongi responder por monosílabos al que sea que le está gritando por el teléfono. Un grito de pánico lucha por salir de su garganta cuando escucha la llamada cortarse, no está preparado para una conversación.

- E-Era Jin hyung – comenta Yoongi, volviendo su mirada a la ventana – me ha regañado porque hoy teníamos ensayo y estoy llegando tarde.

- Tranquilo – susurra, sin poder decir nada más.

El paseo en ruleta termina con ambos muertos de vergüenza, con sus labios picando por no haber recibido su primer beso y sus dedos meñiques, aun enlazados con el contrario.

Taehyung llega el lunes por la mañana al instituto demasiado temprano y con unas ojeras importantísimas; el sábado se separaron en los autobuses pues Yoongi tuvo que ir a ensayar y no han hablado en todo lo que restó de fin de semana. Él tampoco ha querido insistir, está seguro de que fue una cosa del momento.

Pero si de algo está seguro, es de que Yoongi le gusta demasiado. En el fondo, está contento de que sea él, la primera persona que ha logrado llamar su atención lo suficiente, aunque se está arrepintiendo de no haberle esperado para ir juntos a clase.

El abrazo de koala de su mejor amigo lo sorprende mientras hace pucheros frente a la ventana del aula, y decide, que es el momento de confesar.

- Jiminie – susurra. El rubio apoya su cabeza en el hombro de Taehyung, observando enternecido el sonrojo adorable de su mejor amigo – m-me gusta alguien.

- ¡¿En serio?! – el más bajito se baja de su espalda y se pone a aplaudir, completamente emocionado por la noticia - ¡¿Quién te gusta?!

- ¿Eh? – una tercera voz los hace girarse.

HyungSik los mira con los ojos muy abiertos, pero lo peor no es eso. Hoseok observa desde la puerta con una cara de circunstancias cómo su mejor amigo, el cual se había encontrado en la entrada del instituto, y había decidido acompañarle hasta clase, tiene la mirada enfocada en Taehyung y todo él, tiembla.

Oh, venga ya; es lo único que acierta a pensar el castaño.

Teenage dream ❣ TaeGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora