𝟭𝟱

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Y, a pesar de todo, allí está, viendo el ensayo del grupo más admirado de todo el instituto. No quería ir desde luego, pero la carita de perro apaleado de su mejor amigo le pudo a las pocas que tenía de estar con Yoongi.

Incluso por más que el pelimenta estuvo llamando a su casa o mirándolo con cara de pena desde la ventana de su cuarto, Taehyung no quiso ceder.

Estaba enfadado, dolido y muerto de vergüenza por haberse creado una ilusión tonta dentro de su cuerpo. Pero esto acababa aquí, había tenido su primera hostia de realidad apenas al día siguiente de tener su primer beso; eso estaba bien para él, pero el enfado seguía ahí.

Aún más, cuando su mayor no deja de mirarle a los ojos mientras toca la guitarra; ese instrumento que le queda como si fuese una parte de su cuerpo.

Tiene que reconocer que está hermoso, el negro le sienta tan bien que hasta duele, pero el hecho de que tenga esa blusa blanca puesta y unos simples vaqueros normales, tan distinto a cómo va siempre, le está torturando profundamente, pues se ve precioso en este mismo momento.

Desvía los ojos, incapaz de seguir mirándole, está cabreado y no quiere sucumbir a esos ojos de gatito que le ruegan perdón.

Jimin a su lado, los observa a los dos cómo si fuese un partido de tenis; no se ha perdido ni un solo movimiento de ellos, aunque está un poco confuso de verlos así y, sobre todo, está preocupado, porque Taehyung está enfadado y eso es algo que pocas veces pasa, y cuando lo hace, es abrumador.

Aunque claro, la paciencia no es precisamente algo que se pueda destacar de Min Yoongi y Taehyung está a un rato de averiguarlo.

Aunque claro, la paciencia no es precisamente algo que se pueda destacar de Min Yoongi y Taehyung está a un rato de averiguarlo

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- Déjame en paz – gruñe el castaño, cruzado de brazos en la pared, mirando con los ojos entrecerrados a su captor.

Pongo en contexto; el ensayo terminó y por mucho que Yoongi intentó hablar con su menor, éste simplemente le ignoraba o le giraba la cabeza, así que poco a poco su ira fue aumentando al igual que su impaciencia. Cuando llegaron a casa de Jin, el pelimenta que se la conoce perfectamente, no tuvo mejor idea que mandarle un mensaje a Taehyung pidiéndole por favor que fuese hasta una de las habitaciones, que se había quedado encerrado.

Y ahí están los dos; uno furioso, el otro exactamente igual y encerrados en una habitación por dentro, pues Yoongi tiró la llave en cuanto Taehyung estuvo dentro y debidamente aprisionado.

- Y déjame salir, Min Yoongi.

- He tirado la llave, es imposible – se encoge de hombros, para sacarse un cigarro – cuando me escuches, llamaré a Jin hyung para que nos abra.

- ¿Tú no entiendes que no tengo absolutamente nada que escuchar de ti? – pregunta, sentándose en la cama – no quiero excusas ni nada por el estilo, tienes razón, ni siquiera fue un maldito beso, todo está bien entre nosotros – Yoongi arquea una ceja – solo me pasaste el humo porque el eres el chico malo de la historia y eres demasiado idiota para asumir que te gustó y que lo hiciste porque te quedaste con ganas de hacerlo el otro día.

El golpe de realidad en la cara que recibe el pelimenta, le hace abrir los ojos de forma exagerada. Taehyung deja de mirarle y saca su móvil, dispuesto a ignorarle.

- ¿Perdón? – el castaño levanta la cabeza - ¿Yo fui el que se quedó con las ganas? ¡Eras tú el que iba a besarme en la maldita ruleta de la suerte! – Taehyung ve con claridad cómo los colores comienzan a llegar a la cara del mayor – m-me regalas un peluche absurdo y te formas de forma adorable conmigo, para luego crear un ambiente romántico en el sitio más típico de la historia, y-yo... ¡No sé!

- Cállate de una puta vez, porque si estás intentando arreglarlo, no lo estás consiguiendo, Yoongi hyung – responde impasible, volviendo su vista al teléfono.

- D-Deja de ignorarme, imbécil – gruñe el mayor, tirando con rabia el cigarro al suelo.

Con un suspiro de impaciencia, Taehyung se levanta de la cama, andando decidido hasta dónde está Yoongi. Por inercia, el pelimenta se echa hacia atrás, algo abrumado por la mirada jodidamente seria e imponente de su menor, normalmente es tan lindo y reservado, que el verle así, crea un remolino de emociones en su interior.

La mano de Taehyung da contra la pared en el momento en el que lo hace la espalda de Yoongi. Los ojos oscuros del castaño parecen centellear de un sentimiento que el mayor no entiende, en ese momento solo entiende que se siente pequeño ante él.

- Ya te estoy haciendo caso, bien – Taehyung se relame los labios, bajo la mirada atenta de su mayor – dime ahora qué mierda quieres.

La boca de Yoongi se abre y cierra varias veces, porque no tiene exactamente claro qué quiere decir en ese momento.

- ¿Dónde ha quedado el perfil de chico malo? – pregunta irónico - ¿Dónde está ese chico que se viste de negro y fuma como un descosido? Siempre coqueteando y con una sonrisa de suficiencia – Taehyung se acerca, rozando la nariz con el mayor – yo he visto la realidad, y en esa, eres poco más que un gatito lindo.

- ¿Y tú porque eres de repente el bad boy del cuento? – pregunta acelerado, la cercanía con su menor, le hace latir el corazón de forma desproporcionada – t-tú no eres así, Taehyungie.

- Lo sé, pero cuando me enfado, me pongo de esta manera – el cuerpo de Taehyung parece relajarse, y su expresión, también lo hace – hyung, yo solo quería ser tu primer beso, aunque realmente parece que solo lo quería yo.

El pelimenta sube sus manos a la camiseta de Taehyung, agarrándola, completamente avergonzado por las palabras que acaba de decir.

- E-Entonces, hazlo – dice en un hilo de voz – p-porque no sé si lo otro se puede considerar un-

No llega a terminar la frase, pues los rojizos y mullidos labios de Taehyung, se posan sobre los suyos.

Teenage dream ❣ TaeGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora