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Los rayos de sol de la mañana le hacen fruncir el ceño, pero eso no impide que siga acostado; Taehyung no tiene ganas de levantarse, quiere dormir, es domingo y eso es lo que se hace, vaguear.

Escucha la puerta de su dormitorio abrirse y decide darse la vuelta, así podrá ignorar debidamente a su madre. Pone un pucherito cuando ésta se sienta en la cama con él, eso le parece extraño, pero igualmente no quiere levantarse. Su madre le acaricia el brazo descubierto por la camiseta, con claras intenciones de que se despierte, pero no lo va a conseguir.

Es entonces cuando ésta se acerca a su oído, más cerca de lo que debería; incluso haciéndole erizar los vellos de la nuca.

- Buenos días, Taehyungie – susurra meloso.

El castaño abre los ojos de golpe y se da la vuelta, descubriendo la sonrisa de gomita de su vecino; siente cómo cada milímetro de su rostro se sonroja fuertemente, y se esconde con la sábana, pues acaba de hacer el ridículo de forma magistral.

- ¿Sorprendido? – pregunta divertido, observando el dormitorio de Taehyung – la señora Kim me ha dejado entrar para despertarte, dice que es bastante complicado, aunque a mí no me lo ha parecido.

- H-Hyung... ¿Qué haces aquí? – consigue decir, aun escondido en la sábana – es demasiado temprano.

- En realidad, no – Yoongi se levanta y abre la ventana, para sacar un cigarro y llevárselo a la boca – es casi mediodía y mamá me ha dicho que haremos una barbacoa con vosotros, he venido a que me acompañes a comprar las cosas al supermercado, Taehyungie, venga.

- M-Márchate, tengo que ducharme y cambiarme – susurra ya destapándose, para observar la espalda de Yoongi; para Taehyung es como estar en una película, la leve brisa mece los cabellos mentolados del mayor, sus labios se adaptan al cigarro y esos pantalones de chándal delinean a la perfección el trasero ajeno. Ese pensamiento le hace sonrojarse más, avergonzándose de nuevo – Yoongi hyung.

- Eres un hombre, no voy a ver nada que no haya visto ya en mí mismo esta mañana cuando me duché – Yoongi se gira y le sonríe; arquea una ceja cuando por fin el castaño decide levantarse, bajando la mirada a su entrepierna - ¿Qué soñabas?

- ¿Cómo? – Taehyung sigue la mirada del mayor y siente que el alma se le ha marchado del cuerpo cuando se da cuenta de qué observa; la erección mañanera le saluda y le hace sumirse en una gran vergüenza, pues él acostumbra a dormir en calzoncillos. La risa desproporcionada de Yoongi le persigue hasta el baño de su habitación, donde se encierra para no ser visto.

- ¡Te espero aquí! – le grita el mayor, retirándose una lágrima de la risa.

Aproximadamente a la hora, Taehyung sale con una toalla cubriéndole y con la otra secándose el cabello, encontrándose una imagen que le ataca directamente al corazón; Yoongi tumbado sobre su cama, con los ojos cerrados, una leve sonrisa formada en...

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Aproximadamente a la hora, Taehyung sale con una toalla cubriéndole y con la otra secándose el cabello, encontrándose una imagen que le ataca directamente al corazón; Yoongi tumbado sobre su cama, con los ojos cerrados, una leve sonrisa formada en su rostro y con una cara de tranquilidad.

Es muy bonito; piensa mientras se acerca. Con algo de indecisión, pincha su mejilla con su dedo índice, muriéndose por lo suave de su piel, como el mayor no reacciona, se atreve a acariciarla, suspirando de forma traicionera.

- Mmmm – le escucha decir, presa del pánico retira el dedo, pero Yoongi simplemente sonríe – sigue, me gusta recibir mimos.

La mano libre del menor se va a su corazón en un intento de pararlo, pues cree que se le va a salir del pecho por lo lindo que es su mayor. Taehyung se sienta en la cama y entonces utiliza su mano al completo para acariciar su rostro.

La piel del pelimenta es blanca, casi brillante, pero se pone rosadita si se aprieta un poco más. Tiene varios lunares, le gusta mucho el de su pómulo derecho; por alguna razón necesita que ese momento no acabe nunca, quiere estar para siempre con ese chico, poder tocarlo a cada instante.

Su madre entrando como un torbellino por la puerta de su habitación le saca de su momento de intimidad. Taehyung se levanta corriendo y hace como que está mirando en el armario para ver qué se pone.

- ¡Niños! Venga es muy tarde – dice la castaña con un puchero; Yoongi se incorpora y sonríe, volviendo a sacar un cigarro – bebé, no deberías fumar, se te pondrá fea esa bonita piel que tienes.

- Es que concuerda con mi perfil de chico malo, señora Kim – canturrea el pelimenta, guiñándole el ojo. Taehyung rueda los ojos con el gritito de adolescente de su madre – además, no es mi culpa, su hijo se distrae demasiado.

Taehyung se muerde el labio, sacando un simple pantalón burdeos de chándal y una camiseta blanca. Se vuelve a los dos y los mira con una ceja arqueada, Yoongi le sonríe divertido y su madre igual: - os queréis marchar, tengo que cambiarme, por favor.

- Vamos, Yoonie, te pondré una cerveza – la señora aplaude feliz cuando el pelimenta asiente – Taetae, venga ya.

Cuando por fin se queda solo en la habitación, deja salir un sonoro suspiro, parece que ha ganado años de vida en esa situación. Yoongi es tan lindo y tierno que acabará matándolo a este paso. Se mira la mano con la que ha tenido el privilegio de acariciarle, se la lleva a los labios, dejando un pequeño beso en ella, para luego sonreír como un bobo por la sensación que tiene en su cuerpo.

Teenage dream ❣ TaeGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora