Reflejo

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Olrox se encontraba en el palacio de Moctezuma oculto entre las sombras protegía al tlatoani.

El guerrero podía ver como su gobernante caminaba de un lado hacia otro completamente nervioso y enojado a partes iguales. Olrox estaba molesto por el actuar del tlatoani, se suponía que él, al ser el gobernante, debería ser la roca de la ciudad tendría que estar firme y seguro de sus acciones pero se mostraba vulnerable e indeciso si alguien lo viese pensarían que podrían atacar la ciudad. Usualmente no le importaría ver de esa manera a su tlatoani, de hecho le daría hasta apoyo y ayuda, pero como temía los españoles estaban en su territorio y los regalos no parecen haberlos disuadido a que se fueran. La impotencia y la rabia de Olrox ante esto le impedía ser comprensivo o racional. Se encontraba molesto con Moctezuma no se sentía valorado o respetado con él cuando le advertía de los españoles. Él había dado todo por su tlatoani y ciudad, había perseguido a aquellos que querían lastimarlos y ahora era ignorado por un chamán salido de la nada.

Moctezuma hizo un sonido molesto dando la vuelta y siguiendo su caminar.

-¿Por qué tardan tanto?- se preguntó molesto sin detenerse- Ya deberían de haber vuelto

Olrox lo miraba en silencio sin intervenir convertido en una nube negra en un rincón.

-Y Yoali no está... ¿Dónde está ese chamán?- Seguía quejándose el tlatoani.- Ha desaparecido como el humo. Nadie lo ha visto.

Olrox seguía los movimientos del tlatoani con la vista en silencio. Sin romper ese silencio, Olrox se deslizó por los rincones hasta poder ponerse frente al hombre. Moctezuma se quedó quieto observando a la nube negra.

Olrox retomó su forma humana observando al hombre frente a él sin decir palabra. Moctezuma dio un suspiro casi derrotado mirando a Olrox.

- No debí haberle escuchado. Tenías razón, dudo que los españoles hayan tomado los regalos y se hayan ido... Solo hemos perdido tiempo- dijo con voz preocupada- Y los calpixques no han vuelto... Si ambos se han encontrado y si como tu dices los españoles ven los impuestos...

-Seguro que se los quedarán... No me sorprendería en absoluto.- Dijo tranquilamente como si el problema no fuese con él.

Moctezuma dio un fuerte suspiro y caminó lentamente por la habitación.

- Necesito que los busques, si al anochecer no están aquí quiero que vayas a su encuentro.- dijo con voz más firme.

- Entendido- dijo con voz firme y sin vacilar.- ¿Qué hago si los españoles los han encontrado antes que yo? ¿Qué pasa si los ha matado o llevado los tributos?

Moctezuma puso un rostro más severo sin dejar hueco a la vacilación.

-Quiero que vengas y me informes. Si eso pasa... entraremos en guerra con esos invasores.

Olrox hizo acopio de toda sus fuerzas para no sonreír. Un brillo peligroso cruzó sus ojos mostrando sus deseos de cacería.

-Desde luego, tlatoani- susurro con una sonrisa peligrosa.- ¿Y qué hacemos con Yoali?

-Deja que Ocelotl y Cautli se encarguen de él. Tenemos otros asuntos que resolver y que por ahora tienen prioridad sobre ese hombre- dijo molesto.

-¿Creéis que os ha traicionado?

Moctezuma puso un gesto pensante y soltando un suspiro caminó hasta la ventana.

-Sé que no es un simple charlatán... solo hay que veros. Sois un dios en la tierra, un guardián- dijo suavemente girando su rostro para ver a Olrox- Pero ese hombre... es un misterio, no le debe lealtad a nadie, no pertenece a ningún lugar. Así que, si, dudo de el Olrox. Puede que os diera ese regalo pero eso no significa necesariamente que sea nuestro aliado.

Secretos del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora