Felipe se encontraba sentado en la orilla intentando secarse bajo el sol con su rojo cabello completamente húmedo goteando en su espalda. Isabel aún permanecía dentro del río intentando lavar su largo y negro cabello desenredándolo con sus dedos, aunque los ojos del español iban de vez en cuando hacia el azteca. Olrox había dejado de observarlos y ahora se centraba en tallar un trozo de madera que solo Dios sabrá de a donde lo habría sacado.
Felipe parecía tranquilo, pero su guardia estaba en alto, no podía confiar en aquel hombre. él mismo lo dijo, no tendría ningún problema en llevarse a Isabel y matarlo a él si era preciso el simple hecho de que lo dejase vivir parecía en si un milagro no escondía su aversión hacia él y hacia su gente pero le era útil, ahora solo necesitaba seguir siéndolo hasta que pudiesen escapar avisar al resto aunque no lo tendría fácil, no podía entrar diciendo que un demonio lo secuestró y mucho menos que un simple nativo lo retuvo pues perdería el respeto de Cortés y su promesa de riqueza podría ser olvidada. Tampoco podía tenderle una trampa a Olrox y guiarlo ante su gente dudaba que fuese tan idiota de seguirlo y si lo era estaba claro que no le supondría ningún problema acabar con ellos, esa forma de neblina le era una reverenda putada. Ni siquiera Luis pudo contra eso.
Los ojos de Felipe se abrieron de par en par y contuvo el aliento.
-Luis...- susurro
Felipe apenas y se había acordado de él. Su amigo había ido a rescatarlo y por lo que recordaba Olrox le había ganado pero no sabía si estaba bien. Una culpa enorme se alojó en el pecho del pelirrojo, por su culpa su amigo había salido herido y ni siquiera podía estar ahí para ayudarle. El español no podía evitar pensar lo asustado y confundido que estaría Luis en este momento él e Isabel habían sido llevados por un demonio y sin dejar huella. Eso también suponía un problema, pues ahora no sabrían como explicarle a Cortes y demás su desaparición.
-Y encima después de un motín...- Felipe refunfuñó y se tumbó en el suelo llevando sus manos al rostro para que el sol no le moleste.- Estoy jodido... Por favor, Dios, jubílame a mí ya y dale mis batallas a otro guerrero.
Un silencio se hizo y solo se podía escuchar el río, Isabel bañándose y alguno cantos de ave una situación bastante relajante sin tener en cuenta que eran rehenes amenazados con tortura y muerte por algo sobrenatural.
-No sé, como es el baño en vuestras tierras- Felipe levantó la mirada y vio al nativo siguiendo tallando bajo la luz de la sombra- En la mía usualmente no te bañas y te tiras al suelo, sobre todo si aún estás mojado, para volver a ensuciarte.
-En mi tierra no hay algo como tú, no hay nadie con apariencia de hombre que se transforma en nube y secuestra a gente. Creo que cada tierra tiene sus cosas raras- dijo Felipe casi indiferente volteando su vista a otro lado.
Olrox río divertido por aquellas palabras.
-Puede... por lo que he averiguado de vosotros parecéis que no entendéis que no todo se reduce a vuestro dios. Por lo que personas como yo no podrían sobrevivir en vuestra sociedad, como bien dices soy un demonio a tus ojos y dudo mucho que sea algo bueno por tu manera de actuar- dijo divertido mirando de reojo al ibérico.
-Desde luego que no es bueno- dijo de manera distante sin tan siquiera levantarse a voltearlo- Ser un demonio es ser un siervo del diablo. Una criatura antagónica a Dios, un traidor a este y un ser mentiroso y cruel que engañó a la primera pareja de humanos para tomar el fruto prohibido tras haber sido expulsado del cielo.
-Vaya... tenéis a otro dios muy peculiar. El dios de las mentiras y el engaño ¿Es eso con el que habéis venido, con el diablo?- preguntó burlón.
Felipe se sentó rápidamente y soltó un gruñido de dolor por el movimiento. El pelirrojo se llevó una mano al pecho con cuidado de no ensuciar su herida y miró enfadado a Olrox.
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Secretos del pasado
FanficHace muchos siglos atrás... un continente, que como por arte de magia, había aparecido entre las olas del viejo mundo. Nuevas plantas y animales se presentaban ante millones de personas y con ellos, nuevos humanos. Los españoles habían conquistado...