Finge que me quieres

Capítulo ocho. - ¿Celos?

Summer

—¿A dónde vamos? —Le pregunté a Heath, él sonrió viéndome de reojo.

—Ya verás. —Me dijo mientras tomaba mi mano y entrelazaba nuestros dedos.

—Estoy nerviosa.

—No debes de estarlo.

—Bien. —Murmuré tomando aire.

—Uno de mis compañeros de equipo cumple años y me dijeron que te invitará están muriendo por conocerte.

—¿En serio?

—Sí. —Sonrió.

—¿Y si no les caigo bien?

—¿Porqué no les caerías bien? —Preguntó con confusión.

—No lo sé tan solo lo pensé.

—Eres maravillosa, Summer. Dudo que no les caigas bien, ellos te van a adorar tanto como yo lo hago

En el momento que él dijo eso mis mejillas se volvieron rojas y noté como él sonreía de lado.

Él subió la música de la radio y suspiré mirando por la ventanilla del auto mientras la música sonaba.

El auto paro y noté que habíamos llegado a una casa.

—Listo.

—Ahora estoy más nerviosa. —Admití, realmente mis manos estaban sudando sudando demasiado haciéndome sentir vergüenza, temía que les cayera mal.

—Tus manos están sudando. —Dijo él con diversión.

—Sí, lo sé. —Dije apenada.

Soltó mi mano y yo iba aprovechar para limpiarla pero él saco un pañuelo de papel y volvió a tomar mi mano mientras las limpiaba.

—Tranquila, Summer. Ellos no muerden. —Bromeó haciéndome sonreír.

—Bien..

Él dejo un beso en mi mano mientras sonreía y ponía un mechón de mi cabello atrás de mi oreja.

Mis ojos se encontraron con los de él y me sonrió mientras acariciaba mi mejilla, sentí como nuestros labios estaban a escasos centímetros pero realmente no sentía ganas de alejarme.

—¿Me vas a besar? —Pregunté con la voz temblorosa, realmente sentía sus labios tan cerca de los míos que sentía que casi se tocaban.

—¿Quieres que lo haga? —Su voz se escuchó tan ronca.

No dije nada así que tan solo tome la iniciativa de acercarlo a mi y juntar nuestros labios, él suspiro contra mis labios mientras me besaba apasionadamente sentí como tomaba mi cabello en un puño mientras me acercaba más a él.

Alguien golpeó la ventanilla del auto haciéndonos sobresaltar, él se separó y yo trate de regular mi respiración, quizás mi labial se había arruinado por completo.

—¿Que quieres, Kenneth? —Susurró Heath mientras bajaba la ventanilla del auto.

—Deja respirar a la pobre chica, pareces un adolescente hormonal.

Sentí las mejillas rojas al escucharlo decir eso, en ese caso la adolescente hormonal era yo porqué fui quién lo beso.

—Jodete.

—Ah y por cierto tienes labial. —Le dijo riendo mientras se alejaba.

Eso llamo mi atención y lo mire de reojo la comisura de sus labios estaban manchado de labial rojo.