Capítulo treinta y tres. - La boda de Ginger

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Summer

Desperté debido a que alguien tocaba la puerta de mi habitación, quite las sábanas de mi cuerpo mientras me levantaba de la cama.

Suspiré acercándome a la puerta, tallándome los ojos.

Abrí encontrándome a Nikolai que sonrió al verme.

—Buenos días, preciosa.

—¿Qué haces aquí en mi habitación? Aún es temprano. —Respondí de mal humor

—Yo amanecí muy bien, gracias por preguntar.

Me extendió una mesita con comida.

—Pedí tu desayuno.

—No tengo hambre.

—Debes de comer. —Volvió a extender la mesita.

—Pasa. —Le dije, suspirando.

Él sonrió mientras entraba a la habitación.

—Ahora vengo. —Le dije, él asintió.

Entre al baño y lave mi cara para después lavar mis dientes.

Salí del baño y me encontré a Nikolai sentando en mi cama, sonriéndome.

Me senté a lado de él, puso su brazo derecho en mis hombros, atrayéndome a él y dejando un beso en mi sien.

—Estás preciosa.

—No mientras.

—¿Mentir? No lo estoy haciendo, Realmente te miras preciosa.

—Estoy hinchadísima por tanto dormir.

—Pero aún así te miras espectacular.

Rodeé los ojos, sonriendo mientras llevaba el pan tostado a mis labios y dejaba una pequeña mordida, sentía la mirada de Nikolai puesta en mi rostro así que tomé el pan y lo acerqué a sus labios, él sonrió dándole una pequeña mordida.

—Te ha quedado un poco de mermelada —Le dije mientras tomaba una servilleta y limpiaba la comisura de sus labios, él acarició mi muñeca, mirándome.

—Te amo. —Susurró

Cada vez que decía esa palabra hacía que mi corazón latiera con fuerza.

—¿Cómo te fue en la despedida de Eros?
Parecía desilusionado por qué no respondí sus palabras de vuelta, pero aún así mantuvo su sonrisa, viéndome.

—Estuvo bien.

Mordí nuevamente el pan tostado observándolo.

—¿A dónde fueron?

Pareció divertido por mi pregunta.

—A cenar, y después a un bar, lo mismo que ustedes.

—¿Hubo strippers?

—No, no lo hubo.

Suspiré aliviada.

—Sólo tomamos unos tragos, algo tranquilo.
Realmente le creía, no parecía tener resaca ni nada por el estilo. Sin embargo yo ayer amanecí sintiéndome del asco por todo lo que había bebido.

—Quería pasar un rato contigo antes de irnos a arreglar.

Termine de desayunar y me levanté de la cama para arreglar un poco mi cabello, Nikolai se acercó a mí y abrazo mi cintura mientras dejaba un beso en mi cuello, suspiré sintiendo su olor.

—¿Podemos salir mañana?

—¿Salir a dónde?

—A la playa, disfrutar del sol.

Finge que me quieres Donde viven las historias. Descúbrelo ahora