Capítulo veintitrés.- No me veo con nadie que no seas tú.

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Summer

Desperté sintiendo los brazos de Nikolai en mi cintura como era lo era habitualmente, suspiré mientras ponía mi cara en su pecho.

Sus dedos acariciaron mi cabello mientras murmuraba algo entre sueños, sonreí mientras trataba de levantarme de la cama.

—¿A dónde vas, Evangeline?

—A buscar algo de comer. ¿No tienes hambre?

—Uhmm. Quizás un poco.

Besé su mejilla y él apretó mi cintura.

—Iré a preparar algo.

—¿No quieres ir a comer?

—Preparare algo.

Me levanté de la cama y camine hasta el baño para lavar mis dientes y mi cara al salir mire que Nikolai se había vuelto a dormir.

Sonreí mientras buscaba algo para preparar.

—Hola. —Alyssa sonrió.

—¿A que hora regresaron?

—Eran las 7 de la mañana.

—¿Y Kinsey?

—Se quedó con Lucas, dijo que tenía que hablar con él.

—Entiendo.

—Summer. —Elliot sonrió, mientras se acercaba a su novia y le besaba la cabeza, Alyssa suspiró.

—¿Y Nikolai?

—Esta durmiendo.

—¿Están juntos?

—No

—Pero se nota que está enamorado de ti.

—Y yo de él, Lyssa. Pero no estamos juntos, o al menos no aún.

Ella asintió.

—¿Tienes hambre?

—Sí.

—¿Y si mejor vamos a comer algo y después vamos al hospital?

—Suena bien, iré a arreglarme y despertar a Nikolai.

—Bien, nos vemos aquí en media hora.

Camine hasta mi habitación, me acerque a la cama y besé suavemente a Nikolai.

—Que buena forma de despertarme.

—Iremos a comer con Alyssa y Elliot así que deberíamos de arreglarnos.

—¿Comer con ellos?

—Sí. ¿No quieres?

—Podríamos ir solos.

—Puedes quedarte aquí, si no quieres ir. —Le dije, él rodó los ojos

—Claro que iré, listilla.

—Entonces iré a ducharme.

Nikolai tomó mi mano y me halo hasta él mientras dejaba un beso en mis labios.

Me aleje del él mientras tomaba mis cosas para poder ducharme. Minutos después nos encontrábamos en el auto, Nikolai puso su mano en mi pierna mientras la apretaba un poco, mis ojos fueron directamente a él, se miraba demasiado guapo, debía de admitirlo.

Llevaba una gorra y unos lentes de sol, y parecía tan despreocupado. Sus dedos tomaron los míos mientras apretaba suavemente mi mano.

Las yemas de sus dedos acariciaron mis nudillos, sonreí mientras observaba por la ventanilla.

Finge que me quieres Donde viven las historias. Descúbrelo ahora