Finge que me quieres

Capítulo treinta y uno.- Te amo.

Pongan su presente

Summer.

El día de hoy había llegado ha Miami para la despedida de soltera de Ginger. Había llegado al hotel donde se realizaría la boda y el hotel era precioso debía de admitirlo.

—Querida. —Brianna sonrió viéndome, mientras se acercaba a mí con Haven en sus brazos, ella me abrazo y la niña me sonrió.—¿Cómo estás? ¿Cómo van las cosas con Nikolai?

—Todo bien. —Me límite a responder, ella asintió sonriendo

—Pensé que llegarían juntos.

Oh mierda.

—Lo hemos hecho, madre. —Escuché la voz de

Nikolai a mis espaldas y sentí como sus manos rodaban mi cintura para dejar un beso en mi mejilla, la piel se me erizo por completo .

—Titi. —Haven llamo a Nikolai, lo que hizo que él me soltará, casi le agradecía a la niña que lo hubiera llamado.

—Hola, mi pequeña —Se acercó a ella y le beso la frente ella sonrió agarrándole las mejillas.

—¿Y Ginger?

—Esta alimentando a la bebé.

—Bebé —Hav repitió.

—Si, preciosa.

—Bubu. —Ella la miró y sonrió mientras se acostaba en su pecho.

—Iremos a llevar nuestras maletas madre, debemos descansar un poco

—Claro. —Ella sonrió viéndonos.

—Déjame ayudarte con tus maletas, cariño.

—No te preocupes , puedo yo sola. —Lo fulmine con la mirada.

—Evangeline.

Era un imbécil.

—Puedo yo sola, cariño. No me hagas sentir inútil.

—El amor. —Brianna sonrió mientras se alejaba de nosotros con Hav.

Tome mi maleta y camine hasta la habitación.

—Puedes pedir otra habitación para ti, está es mi habitación

—Te recuerdo que es de ambos.

—Era de ambos antes de que fueras un idiota.

—Summer.

—Pide otra habitación —Repetí—Porqué yo no lo haré.

—Ginger se dará cuenta.

—No lo hará, ella estará muy ocupada terminando los últimos detalles de la boda.

Él suspiro así que decidí ser clara. No quería que creyera que regresaríamos, porqué no lo haríamos.

—Estos días solo fingiremos que estamos juntos, lo hago por Ginger. Hemos terminado oficialmente, Nikolai.

—Summer, no hagas eso.

—Pues lo estoy haciendo. Ahora puedes hacer con tu vida lo que sé te de en gana, y coquetear con quién quieras. Bueno —Fingí pensar—Aunque eso lo has hecho siempre, aún estando en una relación.

Alzó una ceja con cierta sorpresa.

—Busca otra habitación.

—Evangeline, me pediste tiempo, te lo estoy dando. No dijiste que íbamos a terminar.

—Pero ya lo he decido, es mejor para ambos.

—Pero me quieres y yo te quiero.

—Pues vaya forma de quererme.