Capítulo veinticinco.- Hablemos

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Summer.

Desperté sintiendo los brazos en Nikolai abrazando con fuerza mi cintura, me aleje un poco y besé su mejilla, él dijo algo entre sueños.

—¿A dónde vas? —Susurró más dormido que despierto.

—A ducharme.

—¿Y porque necesitas ducharte?

—Tengo que ir a trabajar.

—Mhm. —Susurró.

Me reí mientras besaba con suavidad sus labios mientras me levantaba de la cama, él me atrajo hasta la cama nuevamente haciendo que cayera encima de él.

—No vayas a trabajar, quédate conmigo.

—No puedo faltar, necesito terminar unos diseños.

—Quedate conmigo. —Sus labios besaron mi cuello..

—Es muy tentador, pero debo de levantarme o se me hará tarde.

Nikolai ronroneó mientras hacía un camino de besos en mi cuello, sus manos estaban aferradas a mi cintura.

—No me convenceras. —Le dije muy a mi pesar.

—Summer..—Murmuró, al momento que me levanté, él se sentó en la cama.

—Voy a ducharme. —Lo besé, el suspiro

—¿Te acompaño?

—No, puedo ducharme yo sola. No quiero distracciones.

—Tu te lo pierdes. —Casi reprochó, me fue inevitable no sonreír.

—Yo lo sé. —Dije mientras le tiraba una almohada en la cara, él se río mientras volvía acostarse y taparse nuevamente.

—Ahora dormiré mientras tu te preparas para ir a trabajar.

—Bien..

Camine hasta la ducha y después de unos minutos salí, mire como Nikolai estaba profundamente dormido, sonreí viéndolo. Peine mi cabello y me maquille naturalmente.

Me coloque perfume y camine hasta la cocina para prepararme algo de desayunar, deje el desayuno de Nikolai en el microondas con una pequeña nota.

Camine hasta la habitación nuevamente para tomar mi bolsa y acercarme nuevamente a él para dejar un beso en su mejilla.

—Me voy.

—uhmju.

—Ten un buen día, te he dejado el desayuno

—mhmju, tu también, te extrañaré Evangeline.

Sonreí mientras me alejaba de la cama y salía del apartamento.

Me encontraba en mi oficina mientras terminaba unos diseños para la nueva colección de verano. Tocaron la puerta de mi oficina.

—Adelante. —Murmuré mientras mi asistente abría la puerta cargando un hermoso arreglo de gerberas, sonreí viéndolos.

—Te han mandado esto, Summer.

—Estan preciosas.

—Lo sé, creo que el chico que te las ha mandado está muy enamorado de ti.

—Muchas gracias por traerlas.

—No es nada.

Me levanté de mi silla al momento que ella se fue, y tome la pequeña nota que se encontraba en el arreglo.

«Espero que tengas un buen día, preciosa, desde que desperté no he podido dejar de pensar en ti, creo que estoy hipnotizado por tu belleza»

- Tu amor, Nikolai.

Finge que me quieres Donde viven las historias. Descúbrelo ahora