CAPÍTULO TREINTA Y SEIS. "Corre Ann. Corree"

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CAPÍTULO TREINTA Y SEIS. Corre Ann. Corree

Tiré bruscamente de la llave atascada en la cerradura. Jake rió a mis espaldas divertido por mi pequeña rabieta contra mi mayor enemigo en este momento; la puerta.

Le fulminé con la mirada airada.

—¿Puedes ayudarme? -Dije arrugando la nariz apartando los mechones de mi frente.

Mi mejor amigo avanzó apartándome suavemente de las puerta para encargarse él. Con un movimiento de muñeca sacó el endiablado trozo de metal.

Abrí los ojos sorprendida cuando Jake me dejó caer el llavero en la palma de mi mano. Le dediqué una sonrisa forzada de boca cerrada ante la de superioridad de mi amigo.

—Vamos Annie, vamos a llegar tarde. —Comentó mi amigo sin eliminar la diversión de su voz.

—Lo sé.

Giré rápidamente sobre mis talones haciendo que la coleta abofetease mi cara. Aparté los cabellos de mi boca mientras saltaba los pequeños tres escalones seguida de un Jake que parecía bastante más tranquilo que cuando vino anoche a mi casa.

—¿Cómo vas a afrontar ver a Emma de nuevo? —Pregunté desviando la mirada a la casa de al lado suspirando por lo bajo.

—Lo mismo te pregunto yo – Sujetó mis hombros para llamar mi atención.—Mejor no hablemos de esto hasta que llegue.

Aparté los desordenados mechones de mi frente con las puntas de mis dedos helados. Le miré por encima de mi hombro. Jake me empujaba suavemente con sus ojos miel fijos en mí.

—¿Retrasando lo inevitable, Chase? — Inquirí enarcando las cejas.

Negó con la cabeza mandándome la orden de que dejase el tema. Asentí despacio al tiempo que clavé mis talones en la acera para posteriormente girarme y quedar al lado del chico que pasó su brazo por mis hombros. Apoyé mi cabeza en él cerrando los ojos.

—Ann...

—¿Sí? —Pregunté distraída.

Eso de no haber dormido en toda la noche debido a los acontecimientos ocurridos había lanzado mi capacidad de concentración a un lugar apartado de mi mente al que no me veía capacitada a alcanzar.

—Nada. —Rió en mi pelo.

Alcé la barbilla para mirarle. Sus ojos estaban fijos en la acera pero una sonrisa de superioridad estaba gravada de sus labios. Agudicé la vista.

—Imbécil.

—Idiota.

—Repelente.

—Petulante.

—Árbol.

—Hobbit.

Mi rostro se arrugó debido a la molestia. Había tocado un tema tabú.Me separé de él dando grandes zancadas indignadas.

—Annie...No corras –Rió Jake pisando fuerte a mi espalda.

—¡No te acerques!

Comencé a correr cuando noté que se acercaba. El viento golpeaba mi rostro cuando mi cerebro mandó la orden a mis piernas de empezar a correr.Las personas se giraban a mirarnos extrañados. ¿Qué tenía de extraño?

Con la mochila como bulto extraño en mi espalda golpeaba rítmicamente mis omóplatos. Estaba completamente segura que Jake me hubiese atrapado si lo pretendiese.

Ahora que me paraba a pensarlo necesitábamos correr justamente. Íbamos a llegar tarde.

—¡Me has hecho correr! —Jadeé parándome. Me recosté sobre una pared para recuperar el aliento.

El aire helado arañaba mi garganta.

—Exactamente. Soy más listo que tú – Golpeó mi naricita congelada.

Le saqué la lengua.

-Ya pesar de eso no sabes que es hipopotomonstrosesquipedaliofobia.

Mi amigo alzó una maldita ceja antes de estallar en carcajadas.

—Dejate de palabras raras y vamos ¡llegamos tarde! — Dijo él cogiendo mis muñecas consuavidad. Cedí inmediatamente dejando que tirase de mi cuerpo.

Nos quedaba una manzana para llegar al instituto por lo que nos tocó acelerar el paso y tuvimos que cruzar una carretera atascada de tráfico donde un grosero nos pitó fuertemente.

Le saqué el dedo disimuladamente.

—¡Niña!

Tiroteé más de la mano de Jake para acelerar nuestros pasos terminando de cruzar la vía.

Ese hombre no parecía demasiado amable que digamos.

«¡Corre Ann! ¡Correee!»

Mis dos padres, dos madres y mi estúpido vecino de al lado.#Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora