CAPÍTULO TREINTA Y NUEVE. Nada.
Tras unos cinco minutos que se convirtieron en veinte y cinco canciones lamentablemente no de Pablo Alborán llegamos a la cafetería. La ansiedad y tristeza que se habían instalado en mi pecho se redujeron considerablemente cuando un cálido y familiar olor a café me rodeó como los reconfortantes brazos de mi padre.
Pateé las baldosas oscuras del local para tomar asiento en una mesa cercana a la ventana donde se podían apreciar gente pasear absortos en su propio mundo.
Estaba cansada, más de lo que imaginé cuando esta mañana abrí los ojos.Me dejé caer perezosamente en una silla permitiendo que mi maltrecha mochila golpease las patas de la mesa. Logan que estaba hablando con el encargado tomó asiento en el sitio colocado paralelamente al mío. Le observé con las dos cejas alzadas ladeando la cabeza.
-¿Tienes hambre?¿Quieres un café? ¿Algo? - Preguntó interesadamente preocupado.
Tiroteé de mi labio inferior machando la carne pensativa.
-La verdad – Hice una mueca – Me muero de hambre y el de siempre gracias.
Logan me dedicó una leve sonrisa.
-Oído cocina.
Puse los ojos en blanco antes de que el chico abandonase su asiento. Ahora que recordaba no había avisado para nada a Jake. Un sentimiento de culpabilidad se extendió por mi vientre. Me apresuré a rescatar de mi mochila mi abandonado teléfono móvil.
Uno...dos...veinticinco...cuarenta....cien trece mensajes de WhatsApp. Trece llamadas perdidas. Uau mi mejor amigo si que era insistente. Interiormente sentí una oleada de ternura.
Marqué su teléfono para llamarle, abandonando la intención de mandarle un mensaje.
Ni siquiera tuve que esperar un pitido antes de que Jake descolgara.
-Annabeth Gwendolyn Leslie ¡me tenías hiper preocupado! ¿¡Dónde te has metido?!¿¡Por qué Blake no caminaba normal?!
Alejé el auricular de mi oído sacudiendo la cabeza. Logan en la barra preparando mi café alzó las cejas divertido. Le saqué la lengua antes de acomodar el móvil sobre mi oreja.
-Lo siento Jake.
-¿Lo siento? ¿¡LO SIENTO!? Annie me tenías tan preocupado. Yo...yo...
Mordí mi labio respirando lentamente por la nariz.
-Estoy bien Jake.Sólo...sólo necesitaba salir. - Suspiré intentado que no se me quebrase la voz.
-¿Qué te ha pasado?
-¿A mí? Nada.
Pude percibir como Jake suspiraba cansado al otro lado de la línea. Crucé las piernas haciendo que los herretes de mis deportivas rozasen el metal del asiento.
-Te conozco Annie. Te pasa algo. Cuenta.
Guardé un mechón rubio tras el cartílago de mi oreja.
-Nada. ¿Te lo deletreo? N-a-d-a.
-Annie. Basta. Cuenta.
Logan se acercó con una taza de café humeante y un plato de lo que parecían ser deliciosos cupcakes. Tragué saliva sintiendo el monstruo del hambre crecer rugiendo en mi interior.
-Jake. Luego hablamos prometo contarte todo.
Dejé muy a mi pesar a mi amigo quejándose colgando la llamada y guardé el teléfono de nuevo en el bolsillo exterior de la mochila. El chico me conocía y no volvería a llamar, aunque probablemente ahora mismo estaba maldiciendo todo a su alrededor.
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Mis dos padres, dos madres y mi estúpido vecino de al lado.#Wattys2015
Roman pour AdolescentsMi nombre es Annabeth Gwendolyn Leslie Smith York Thomas, aunque podéis llamarme Ann. En mi vida no existe ningún grado de normalidad palpable. ¿Por qué? Comencemos con mi familia, tengo dos padres gays a los que amo más que al chocolate, dos madre...