CAPÍTULO CUARENTA Y DOS. ¿Por qué imbécil?
Había pasado por situaciones parecidas (en realidad no) por lo que procuré no mostrar el miedo al ser descubierta.
Supuestamente mi mejor amigo se había metido en una pelea que él mismo había comenzado y supuestamente yo hubiese intervenido para detenerlos de forma no muy ortodoxa.
¡Supuestamente!
¿Todos son inocentes hasta que se demuestre lo contrario?
Pero al parecer mis padres no lo veían de la misma forma ya que Jackson casi apunto de desmayarse por la sangre entró en un arraigado trastorno histérico de mamá preocupada por sus polluelos y George...digamos que en un momento dado pensé que la vena de su cuello explotaría.
—Pero... — protesté por quinta vez ganándome por quinta vez una mirada reprobatoria.
—¡Ni peros ni peras! —Frase histórica. Jackson arrugó la frente —¡Mi niña se ha metido en medio de una pelea! ¿Y si te hubieran golpeado? Oh Dios...
—Pero...
—Annabeth, ¿qué te está pasando? Sube inmediatamente a curar el estropicio de la cara de Jake y no bajes hasta la cena. Estamos decepcionados contigo.
Tomé una amplia respiración. La necesidad de explicarme palpitaba con fuerza en mi interior y por probar ya no perdía nada.
—¡Para Blake solo fue un juego!¡No le importo una mierda! Y bueno Jake...Jake...se ¿enfadó? —
Comencé a vomitar palabras una tras otra haciendo que mis padres se callasen – Cuando vi que la cosa empeoraba y no para un lado favorable simplemente...¡me habéis estado llevando desde hace nueve años a kárate! Y yo...bueno...Golpeé a Blake porque es un hijo de macarrones y ha destrozado la adorable cara de Jake.
Vale. Puede que no fuese lo más acertado gritar eso. Lo hecho hecho está. Cogí el aire que me había faltado clavando mi mirada en las sucias punteras de mis zapatillas.
—¿Lo siento?
—¿¡Qué ha hecho qué a mi niña?! — Chilló tan agudamente mi papu que tuve que apretar con fuerza mis oídos lastimada.
Jackson mode histeria on. Nivel dos.
Tiré rápidamente de la manga de la sudadera de mi amigo conduciéndolo silenciosamente al piso superior. Dejaría que mi padre se encargase de mi padre.
Jake se sentó sobre la tapa del váter mientras me dedicaba a buscar el botiquín. No era una experta en este tipo de cosas pero me las podría arreglar. Sonreí interiormente. Me sentía como Katniss intentando curar a Peeta cuando el imbécil de la espada casi le deja sin pierna. Aunque debería sentirme más Prim si quería ser de ayuda.
—Bueno – Murmuré cuando me levanté cargada con algodón, vendas, alcohol, desinfectante y todo lo que se me ocurrió. — Aquí estamos bastante apretujados. ¿Vamos a mi cuarto?
Jake me dedicó una sonrisa. Pero viendo su labio partido aún con la sangre reseca hizo que mi estómago se estremeciese.—A sus órdenes doctora.
Puse los ojos en blanco y le empujé con el pie para que se moviese. Le hice sentarse en la cama donde esparramé las cosas. Inclinándome levemente examiné su rostro.
Tenía la ceja izquierda rota, una herida surcaba los cortos pelos castaños, la verdad parecía que gran parte de la sangre de su rostro pertenecía a esa herida; la nariz también tenía una magulladora en un lateral, justo debajo parte de su labio inferior estaba partido. Mi estómago comenzó a dar vueltas al contemplar tanta sangre causada por mi culpa.
ESTÁS LEYENDO
Mis dos padres, dos madres y mi estúpido vecino de al lado.#Wattys2015
Novela JuvenilMi nombre es Annabeth Gwendolyn Leslie Smith York Thomas, aunque podéis llamarme Ann. En mi vida no existe ningún grado de normalidad palpable. ¿Por qué? Comencemos con mi familia, tengo dos padres gays a los que amo más que al chocolate, dos madre...