CAPÍTULO CINCUENTA Y UNO. Ven conmigo.
Fue un beso brusco. Nuestros movimientos eran abrumadoramente intensos. Incluso por detrás de la fiereza y pasión de los labios del chico se podía saborear cierta desesperación. Una desesperación que cesó cuando comencé a seguir el beso. Permitiendo un mayor alcance a su boca en el interior de la mía y la movilidad de la mía contra la suya.
Por un instante me olvidé de todo. De que era un capullo. Sólo podía pensar en que me gustaba aquel beso.
Alcé las manos rozando su corto cabello negro con mis dedos. Mis dedos se hundieron en él al tiempo que empujaba hacia delante, permitiendo más profundidad al beso.
Locura.
Estaba completamente loca por comportarme como lo hacía. Lo sabía. Pero me resultaba tan difícil no sucumbir a lo que me recorría furiosamente por dentro. Ahogué una exclamación de sorpresa cuando las manos de Blake impulsaron mi cuerpo hacia arriba obligando a mis piernas a enlazarse en su cintura de tal forma que mi peso se recargó contra el muro.
Los dientes del chico atraparon la carne de mi labio tirando de él con fuerza. Gemí débilmente por ello.
Jake.
Abrí los ojos bruscamente. No podía hacerle esto. Y no podía hacerme esto a mí. La herida de mi pecho comenzó a sangrar de nuevo recordando todas las cosas que Blake había hecho conmigo. Sólo era un maldito juego para él. Sentí un tirón en mi pecho e inmediatamente me solté.
Apenas era capaz de respirar. Mis pulmones ardían debido a la falta de aire. Una necesidad de aire que mis aceleradas respiraciones no podían cumplir. Todo mi cuerpo temblaba.
Miré a Blake.
Sus labios de un habitual rojo suave habían adquirido un tono más fuerte y amoratado. Se encontraban hinchados y sus ojos abiertos me observaban atentamente.
Desenrollé mis piernas de su cintura posando de nuevo mis flácidas piernas en el suelo y mis manos aún enterradas en su cabello bajaron lentamente por su nuca, pasando por la curva de sus hombros hasta terminar cayendo fuera del chico.
—¿Por qué me haces este? — Murmuré desamparada.
La frente de Blake se presionó contra la mía. Su respiración descendía sobre mi rostro.
—Te echo de menos —Susurró roncamente.
Suspiré profundamente.
—No puedo creerte. Nada. —Contesté con sinceridad mirándole a los ojos.
—Lo sé — Una sonrisa floreció en su boca —Pero dame tiempo.
Me dispuse a protestar aclarando que le costaría mucho en caso de que lo consiguiese pero él me acalló. Posó lentamente sus labios sobre los míos. Los mimó durante tres segundos antes de apartarse.
—Monta. Te llevo a casa.
Me aparté de él mirándole como si se hubiese vuelto loco. Bueno sí, nos besamos. Pero eso no significase que todo estuviese bien entre nosotros. De hecho había cometido un error al dejarme arrastrar de nuevo hacia él.
Mis pensamientos habían vuelto a enredarse. Esta vez añadiendo un nuevo factor con el que lidiar. Jake. Me gustaba mi mejor amigo, de eso estaba segura. Pero al mismo tiempo todos los viejos sentimientos que había experimentado por Blake seguían como ascuas en mi pecho.
Unas ascuas que prendían cada vez que se acercaba.
No era justo. Mi vida era jodidamente mucho más tranquila antes de que los chicos llegasen a ella.
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Mis dos padres, dos madres y mi estúpido vecino de al lado.#Wattys2015
Novela JuvenilMi nombre es Annabeth Gwendolyn Leslie Smith York Thomas, aunque podéis llamarme Ann. En mi vida no existe ningún grado de normalidad palpable. ¿Por qué? Comencemos con mi familia, tengo dos padres gays a los que amo más que al chocolate, dos madre...