CAPÍTULO 1 🔪

180 12 3
                                    

Corre, vamos rápido, rápido. Apresuró el paso lo más que puedo, mis piernas dan su mejor esfuerzo al igual que mis pulmones, respiro agitada pero no paro, tengo buena condición física.

Mierda. Siento que la muerte me respira en la nuca.

Apresuro el paso sin mirar atrás, puta madre, esto me pasa por no obedecer a mi padre. ¿Por qué tenía que hacer mi voluntad siempre? Esto me va a traer grandes problemas en un futuro.

Solo a mí se me ocurre ir de fiesta en un puto bosque que no conozco. Estúpida, estúpida, ¡Estúpida!

- ¡Encuentren a esa perra si no quieren pagar las consecuencias!- Escucho un tiro.

Puta madre, Satán ayudame por favor... Ok no, Diosito se que he pecado demasiado pero ayúdame si no me veré obligada a acudir a Satán y me sentiré culpable pero es porque tú no me diste más opción.

Me escondo detrás de un árbol replanteando lo que voy a hacer. Suspiro, espero tener suerte y salir de esta, además ya hice mi plegaria del día, eso es un pecado menos... Espero.
Miro atenta a los hombres que se acercan con armas.

Bien, tú puedes, eres una mujer fuerte que puede liberarse de... 12... ¿20?... Puta mejor dejo de contar. Pero soy una mujer valiente, vamos, no eres una novata, me digo a mí misma. Suelto una pequeña risa por lo bajo, hay cierto nivel de alcohol en mi sistema que me tiene pensando idioteces, soy Maddison Cassano nadie puede conmigo.

Un hombre algo joven se acerca con cautela con un rifle en sus manos, bien, Dios perdóname... Rió en mi interior. Tomó al sujeto y le rompo el cuello sin más dejándolo en el suelo con cuidado de no hacer ruido, le quitó su arma y municiones preparándome. Bueno, si salgo muerta de acá me ire feliz sabiendo que me divertí de re puta madre en la fiesta y ahora masacrando a estos cabrones y si salgo viva pues aún más feliz porque podré repetir esa diversión. Aquí vamos.

No lo pienso más y disparo con perfecta puntería a los más cercanos. Contraatacan y me oculto detrás de los troncos gruesos de los árboles. Tomo las armas que puedo dejándolas en la pretina de mi pantalón, disparo y me disparan, ¿De dónde sale tanta gente?

Tiro las armas que no son útiles y sigo avanzando tratando de encontrar una salida que no sea la muerte. Disparo y corro al cuerpo sin vida más cercano quitándole la ametralladora, está full cargada, ahora sí cabrones.

No lo pienso ni dos veces y me voy contra todo el que se me atreviese, me oculto cuando me atacan, le doy baje a varios pero siguen apareciendo más. Están acabando con mi escasa paciencia.

Ataca, mata y vete.

Corro a otra zona segura y una bala roza mi brazo.

-¡Ay!- Me quejo soltando un lloriqueo- mi chaqueta...

No puedo evitar hacer un puchero al ver mi chaqueta de cuero favorita rota por una bala y más mi piel roja y brotando un poco de sangre.

Ahora sí me cansé.

Pongo la ametralladora en mi espalda y le quitó el rifle a dos cadáveres teniendo uno en cada mano, me agachó al sentir una bala cerca.

Y corro en zic zac, maniobra de evasión. Me oculto cubriendo mi cuerpo cuando otra bala roza mi muslo, vamos tú puedes.

Salgo y disparo con ambos rifles, matando a varios a mi paso, me cubro, recargo y disparo. Corro cada que veo la oportunidad. Noto la carretera y aceleró el paso como puedo cojeando un poco.
Disparo y se acaba la munición.

Tomo de nuevo la ametralladora y no suelto el gatillo. Me duele el puto brazo, tal vez si me hirió mucho y no fue un simple roce.

Golpeó a todo el que se me acerca con el arma, ya que no hay más balas.

OBSESIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora