"Sombras y Destellos"

Capítulo 19: Ciclo Interminable

El sol asomaba por la ventana, pintando el cielo con tonos dorados y naranjas mientras Lucía permanecía acostada en su cama, incapaz de encontrar la fuerza para levantarse. Había pasado la noche llorando, sumida en una profunda tristeza que parecía envolverla como una manta fría y húmeda.

Apretó los ojos con fuerza, tratando de ahogar el torrente de lágrimas que amenazaba con desbordarse una vez más. Pero por más que lo intentaba, no podía detener el flujo de pensamientos que la atormentaban, recordándole una y otra vez las palabras de Samuel, las promesas rotas y las esperanzas perdidas.

El sonido de su teléfono rompió el silencio de la habitación, sacándola bruscamente de sus pensamientos oscuros. Lo tomó con manos temblorosas, esperando encontrar algún rayo de luz en medio de tanta oscuridad. Pero lo que encontró la sumió aún más en la desesperación.

Era Samuel, su voz entrecortada por el peso del alcohol y las lágrimas.

**Samuel:** "Lucía, por favor... perdóname. Sé que te he fallado una y otra vez, pero te necesito. Te amo, Lucía, más de lo que nunca podré expresar. Por favor, dime que aún hay esperanza para nosotros."

Las palabras de Samuel la golpearon como un puñetazo en el estómago, trayendo consigo una mezcla de dolor y desesperanza. Por un momento, se sintió tentada a colgar, a alejarse de todo y olvidarse de Samuel y de sus propios problemas. Pero una parte de ella sabía que eso no era lo correcto, que no podía abandonar a alguien que tanto amaba en su hora más oscura.

Con un suspiro resignado, se puso de pie, sintiendo el peso de la responsabilidad aplastándola contra el suelo. Sabía que no podía ignorar la llamada de ayuda de Samuel, por más difícil que fuera enfrentarse a sus propios demonios una vez más.

Se secó las lágrimas con determinación y salió de su habitación, lista para enfrentar el día que tenía por delante. Sabía que sería difícil, que habría lágrimas y corazones rotos, pero también sabía que no podía permitirse rendirse ahora. Porque, al final del día, el amor que sentía por Samuel era más fuerte que cualquier tormenta que se interpusiera en su camino.

Con paso decidido, salió de su casa y se dirigió hacia el lugar donde sabía que encontraría a Samuel, listo para luchar una vez más por el amor que tanto anhelaba, incluso si eso significaba enfrentarse a sus propios miedos y dudas una vez más.