Después del encuentro íntimo con Samuel, Lucía se sentía eufórica pero también ansiosa. Había algo en el ambiente que la perturbaba, y no podía sacudirse la sensación de inquietud que la invadía.
Al día siguiente, decidió hablar con sus padres sobre lo que había ocurrido en la cafetería y en su casa. Al mencionar la reacción extraña de los meseros, notó una mirada compartida entre sus padres, una expresión de complicidad mezclada con tristeza.
**Lucía:** ¿Qué pasa? ¿Hay algo que no me están diciendo?
**Madre de Lucía:** Es solo que...
**Padre de Lucía:** Es extraño hablar sobre algo que no está presente.
**Lucía:** ¿A qué se refieren?
**Madre de Lucía:** Es mejor que no te preocupes por eso ahora. Deberías concentrarte en disfrutar tus vacaciones.
A pesar de las evasivas de sus padres, Lucía no pudo evitar sentirse intrigada. ¿Qué estaban ocultando? La sensación de inquietud persistía, y decidió dejar el tema por el momento.
Mientras tanto, Samuel parecía distante y reservado, como si estuviera lidiando con algo en su interior. Aunque trataba de ocultarlo, Lucía podía percibir la tensión en su mirada y en sus gestos.
**Lucía:** ¿Estás bien, Samuel?
**Samuel:** Sí, solo estoy un poco cansado.
Pero Lucía sabía que había algo más detrás de esas palabras. Se preguntaba si Samuel también estaba al tanto de la extraña atmósfera que los rodeaba, o si tenía sus propias preocupaciones.
Entre la felicidad del encuentro íntimo y la inquietud por las revelaciones que parecían estar surgiendo, Lucía se encontraba en un torbellino emocional. ¿Qué secretos se escondían en las sombras, esperando ser revelados?
Más tarde, mientras reflexionaba sobre la situación, decidió enviar un mensaje a Ximena:
"¡Hola Ximena! Ya estoy de regreso en la ciudad. Me encantaría verte y ponernos al día. ¿Podemos encontrarnos pronto para hablar?"
Unos minutos después, recibió una respuesta:
"¡Hola Lucía! Claro, me encantaría verte. ¿Qué te parece mañana por la tarde? Nos podemos ver en nuestra cafetería favorita."
Lucía sonrió al leer el mensaje. Saber que pronto vería a Ximena le daba un poco de alivio en medio de tanta incertidumbre.
**Lucía:** ¡Perfecto! Nos vemos mañana a las 4 p.m. en la cafetería.
**Ximena:** ¡Listo! Nos vemos entonces.
Esperaba que Ximena estuviera dispuesta a confiar en su amiga para resolver sus preocupaciones y dudas.
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"Sombras y Destellos"
RomanceEn "Sombras y Destellos", seguimos la historia de Lucía, una joven de 18 años que, en una fiesta, conoce a Samuel, un hombre misterioso y carismático de 25 años. A través de miradas y sonrisas, comienzan una conexión inesperada que los lleva a larga...