Samuel se despertó temprano, listo para enfrentar otro día. Después de su rutina matutina de ejercicios y meditación, se preparó para su sesión de terapia. Aunque cada sesión era un recordatorio de los desafíos que enfrentaba, también era una oportunidad para reflexionar y crecer.
Después de la terapia, Samuel decidió hacer algo diferente. Recordó que tenía una buena relación con los padres de Lucía y pensó que sería agradable pasar un tiempo con ellos. Les envió un mensaje temprano, preguntando si estarían libres para almorzar.
Para su sorpresa, los padres de Lucía aceptaron encantados. Quedaron de verse en un pequeño restaurante familiar que solían frecuentar con Lucía. Samuel se sintió emocionado y un poco nervioso; después de todo, eran los padres de la persona que más amaba.
Cuando llegó al restaurante, los padres de Lucía ya estaban esperándolo.
*Mamá de Lucía:* "¡Samuel, qué alegría verte! ¿Cómo estás?"
*Samuel:* "Hola, señora García. Estoy bien, gracias. Es un placer verlos."
*Papá de Lucía:* "Nos alegra que hayas venido, Samuel. Sabemos que Lucía te extraña mucho."
Se sentaron y empezaron a ordenar la comida. Mientras esperaban, la conversación fluyó naturalmente.
*Mamá de Lucía:* "¿Cómo has estado llevando las cosas desde que Lucía se fue al extranjero? Sabemos que ha sido difícil para ambos."
*Samuel:* "Ha sido un reto, pero estoy aprendiendo a manejarlo. La terapia y el apoyo de todos ustedes han sido fundamentales."
*Papá de Lucía:* "Estamos muy orgullosos de cómo has manejado todo, Samuel. Sabemos que no ha sido fácil."
La comida llegó y la conversación continuó. Hablaron de Lucía, de sus estudios, y de cómo estaba disfrutando su tiempo en el extranjero. También compartieron anécdotas divertidas y recuerdos entrañables.
*Mamá de Lucía:* "Samuel, ¿cómo van tus terapias? ¿Te sientes más fuerte?"
*Samuel:* "Sí, señora García. Cada día es una batalla, pero me siento más seguro y decidido a mejorar."
*Papá de Lucía:* "Eso es lo que nos gusta escuchar. Sabes que siempre tendrás nuestro apoyo, ¿verdad?"
*Samuel:* "Lo sé, y se los agradezco mucho. No podría haber llegado tan lejos sin ustedes y sin Lucía."
*Papá de Lucía:* "Cuéntanos más sobre tus terapias. ¿Hay algo nuevo que hayas aprendido o alguna experiencia que te haya marcado recientemente?"
*Samuel:* "Bueno, hay muchas cosas. Una de las más importantes es aprender a aceptar y enfrentar mis emociones en lugar de huir de ellas. También estoy trabajando en mi autoestima y en cómo manejar el estrés de manera saludable. No es fácil, pero estoy haciendo progresos."
*Mamá de Lucía:* "Nos alegra escuchar eso, Samuel. Siempre hemos visto un gran potencial en ti. Eres una persona fuerte y valiente."
*Papá de Lucía:* "Y recuerda, Samuel, que no estás solo en esto. Todos estamos aquí para apoyarte. Lucía habla maravillas de ti cada vez que la llamamos."
*Samuel:* "Gracias. Realmente significa mucho para mí tener su apoyo. Lucía es mi mayor inspiración. Su amor y confianza me dan la fuerza para seguir adelante."
Después de almorzar, caminaron un rato por el parque cercano. El día estaba soleado y agradable, y la conversación se volvió más ligera. Rieron y disfrutaron del momento, creando nuevos recuerdos juntos.
*Mamá de Lucía:* "Samuel, ¿te gustaría venir a cenar una noche de estas? Nos encantaría tenerte en casa."
*Samuel:* "Me encantaría. Gracias por invitarme. Siempre es un placer pasar tiempo con ustedes."
Al llegar la noche, Samuel se despidió de los padres de Lucía, sintiéndose agradecido por tenerlos en su vida. Se dirigió a su casa con una sensación de calidez en el corazón.
Ya en casa, decidió hacer una videollamada con Lucía. Aunque la diferencia horaria complicaba un poco las cosas, sabía lo importante que era mantenerse conectado.
*Samuel:* "Hola, Lucía. ¿Cómo ha sido tu día?"
*Lucía:* "Hola, Samuel. Ha sido genial. He estado explorando un poco más la ciudad y he tenido algunas clases interesantes en la universidad. ¿Y tú?"
*Samuel:* "Fui a almorzar con tus padres hoy. Fue agradable pasar tiempo con ellos."
*Lucía:* "¡Eso suena maravilloso! Me alegra que hayas pasado un buen rato con ellos."
Durante horas, hablaron de todo y de nada, compartiendo sus pensamientos, sueños y preocupaciones. A medida que la conversación avanzaba, Samuel se dio cuenta de lo mucho que extrañaba a Lucía y lo reconfortante que era poder hablar con ella, incluso a través de una pantalla.
*Samuel:* "Tus padres son increíbles. Me hicieron sentir muy bienvenido. Me dijeron que están muy orgullosos de ti y de todo lo que estás logrando."
*Lucía:* "Son los mejores. Me alegra saber que se llevan bien contigo. ¿Hablaron de algo en particular?"
*Samuel:* "Sí, hablamos de muchas cosas. Me preguntaron sobre mis terapias y cómo me siento. También me dijeron que siempre tendré su apoyo, lo cual es muy reconfortante."
*Lucía:* "Te lo dije, Samuel. Ellos te quieren como a un hijo. Y yo también. Te extraño mucho."
*Samuel:* "Yo también te extraño, Lucía. Pero sé que estamos haciendo lo correcto. Esto nos hará más fuertes."
*Lucía:* "Tienes razón. Lo estamos haciendo muy bien. Y pronto estaremos juntos de nuevo."
*Samuel:* "Creo que ya es hora de ir a dormir. Gracias por pasar este tiempo conmigo, Lucía. Significa mucho para mí."
*Lucía:* "Gracias a ti, Samuel. Siempre es bueno hablar contigo. Buenas noches."
Se despidieron con una sonrisa en el rostro y el corazón lleno de amor. Aunque estaban separados por la distancia, se sentían más cerca que nunca.
Sin embargo, antes de acostarse, decidió dejar la videollamada encendida. Sabía que sería reconfortante saber que Lucía estaba ahí, incluso mientras dormía.
Y así, se quedaron dormidos, cada uno en su propia habitación, pero unidos por el vínculo inquebrantable que compartían.
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"Sombras y Destellos"
RomanceEn "Sombras y Destellos", seguimos la historia de Lucía, una joven de 18 años que, en una fiesta, conoce a Samuel, un hombre misterioso y carismático de 25 años. A través de miradas y sonrisas, comienzan una conexión inesperada que los lleva a larga...