Capítulo 14

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Zehra.

El mal estar hizo que me despertara, me encontraba algo congestionada, el día estaba lluvioso y frío había mucha neblina apenas se podían ver los demás edificios desde la ventana de mi habitación. Sabía que esa corredera bajó la lluvia en Rusia me iba hacer sentir mal. Después de mi viaje comí con mi familia, me quedé un par de horas compartiendo con ellos hasta que el sol se ocultó luego me vine hacia mi apartamento con Irenka. A mitad de la noche comencé a toser mi cabeza empezó a doler de a poco y mi nariz a taparse y hoy he amaneció un poco congestionada.

Me levanté de la cama y me fui a dar un baño, no me sentía para nada bien, tampoco dejé de pensar en Aleksander y en todo lo que dijo sobre mi. Mi corazón aún seguía arrugado por sus palabras, tenía trabajos pendientes pero ahora mismo me encontraba bloqueada, también mi teléfono no había dejado de sonar, Devora no dejaba de llamarme, nunca le contesté no quería hablar con nadie, creo que lo mejor sería darme un tiempo para sanar los sentimientos que me lastiman pero que para mi son totalmente desconocidos.

Cuando terminé de cambiarme fui a la cocina y el desayuno ya estaba listo sobre la mesa junto a él una nota que decía; volveré dentro dentro de un par de horas, te dejé unas pastillas para la tos en la cocina ya que te escuché tosiendo toda la noche, y te prepare tu desayuno favorito para que te sientas mejor, con mucho amor tu hermana del alma.

Me senté en el comedor y comencé a desayunar y las mezclas de sabores me hicieron sentir un poco mejor, a pesar de no ser un desayuno de otro mundo Irenka sabía como darle su toque, era un plato con mis frutas favoritas :melón, mango, y fresas y otro plato con dos huevos duros, dos rodajas de queso, varias rebanadas de pepino, un pedazo de pan y una salchicha, para tomar me hizo mi té con leche y azúcar. Después de desayunar volví a mi habitación encendí la televisión y me puse a ver una película de vampiros llamada crepúsculo.

Aleksander.

—¿Ya tienen todo listo? —hablé por teléfono.

—Si, estamos esperando a que se oscurezca un poco más, así no traemos sospechas —dijo Vladimir.

—La quiero aquí conmigo pronto, más tardar mañana en la tarde —gruñí.

—Tranquilo, no es la primera vez que hago esto, tú tranquilo que tu obsesión estará contigo en un abrir y cerrar de ojos.

—Eso espero —corté.

—Deberías de calmarte —mencionó Irina entrando a mi oficina—

—¿Que te trae por aquí?

—Quería saber cómo estabas —se sentó frente a mi.

—Estoy de maravilla, ¿es que acaso no lo ves? —ladee la cabeza con seriedad.

—Alek, conmigo no tienes que aparentar ¿lo sabes no? Yo sé qué haces todo esto porque sientes que la necesitas a ella para vivir...

Suspiró.

—Mira, yo se que yo estuve de acuerdo a traerla aquí, pero lo hice genuinamente, nunca pensé que llegarías a esto si ella te dejaba... pero esto no está bien, eres mi hermano y me preocupas, me preocupa tu salud mental —dijo con algo de temor.

—¿Crees que me estoy volviendo loco?

—No, pero creo que llegarás a estarlo si sigues con esto, tal vez si la dejas ir veras que no todo gira alrededor de ella, las cosas no tienen que llegar tan lejos, por favor, hazme caso y déjala ser —me rogó.

Mi cuerpo ardía en ira, Irina lo noto.

—Te guste o no la traeré, así que deja de gastar saliva tratando de convencerme.

My sweet Zehra[+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora