Zehra.
Abrí los ojos y estos dolían, al parecer había llorado bastante anoche. Mi estado de ánimo no era el mejor, a mi lado estaba Irenka roncando y con la boca ligeramente abierta, tenía una pierna fuera de la cama y la otra expandida en lo que quedaba de la cama, sus brazos estaban abiertos y de tan solo verla quería volver a la cama y dormir un par de horas más pero el trabajo me llamaba. Eran las ocho de la mañana, tenía que bañarme, alistarme, y preparar el desayuno para luego irme a mi segundo día de trabajo, tan solo espero que el día pase rápido y que dios no ponga nada en mi camino que me vaya a destruir aún más el ánimo.
Con pereza me dirigí al baño mientras que me estrujaba los ojos. Bostecé mientras me miraba en el espejo, mi cabello estaba hecho un desastre, mis ojeras se veían aún más intensas y la hinchazón en ambos de mis ojos no me ayudaban para nada. Me metí a bañar con agua helada para terminar de levantarme aún sentía la cama pegada en la espalda, la cara también me la lavé con agua helada para desinflamar un poco.
Al salir del baño me dirigí al armario y lentamente lo abrí ya que Irenka seguía roncando. Me coloqué mi ropa interior y el uniforme del trabajo, me hice una cola y mucho tiempo no perdí en el maquillaje ya que solo me coloqué un poco de labial y rímel, me peiné las cejas y pinté mis mejillas de un color rosado claro haciéndolo ver como un color natural.
Fui a la cocina dispuesta a preparar el desayuno, busqué en la nevera y no encontré nada más que huevos y una salchicha, más tarde pasaría por el
Supermercado ya que tenía que hacer la compra urgentemente. Tosté dos panes y me comí uno con huevo y la mitad de la salchicha, en un plato aparte le guardé el desayuno a Irenka, para terminar tomé agua y luego busqué mis cosas para luego abandonar el apartamento.Mi cuerpo chocó con el viento cálido mientras que el sol calentaba lo más que podía. Mi trabajo no estaba tan lejos de casa así que podía ir caminando. Las calles de polonia estaban llenas de personas, a esta hora era muy común verlo ya que era la hora de ir a trabajar, muchos tenían cara de trasnochados, otros tenían cara de no querer ir a trabajar, otros se veían emocionados por llegar al trabajo ya que amaban lo que hacían y yo solía ser una de ellos.
Me detuve en una cafetería y pedí un chocolate caliente con leche. Una vez más sentí aquella sensación de que me seguían, volteé a ver pero no había nadie.
Es muy temprano para tus paranoias, Zehra. Pensé.
—Serian cuatro con treinta y cinco zlotys.
Estaba tan concentrada en mirar a mi alrededor que no me había percatado de que el chico me hablaba.
—Señorita —no respondí— perdone... señorita —lo miré aún perdida en mis pensamientos— cuatro con treinta y cinco zlotys —repitió.
—¡Ah si, claro! Lo siento —saqué el dinero de mi cartera y pagué.
Me hice a un lado para esperar mi chocolate caliente. Miré el reloj en mi muñeca y me di cuenta de que iba tarde así que inmediatamente tuve el chocolate en mis manos salí corriendo de la cafetería. Corría por las calles de Polonia pensando en la regañada que me daría Stefan por haber llegado tarde, no creo que pararme por un chocolate caliente porque tenía frío sea buena excusa.
Al llegar me di cuenta de que la tienda estaba cerrada, miré la hora para asegurarme que aquella corrida no fue en balde y la verdad es que no, la tienda ya debería de estar abierta desde hace veinte minutos. Me lo encontré raro así que lo llamé pero el nunca contestó.
Tomé asiento en un pequeño banco que había al lado de la tienda y esperé horas por el, el jamás llegó, me encontré raro que no me avisó pero no le di mucha mente. La hora de comer había llegado así que decidí ir a un restaurante cerca de casa.
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My sweet Zehra[+21]
Short Story"Siempre habrán ángeles en el infierno y tentaciones en el paraíso." Polos opuestos, llamados por el destino. Zehra una mujer con cara angelical, aura de diosa, cuerpo de infarto que irradia elegancia y clase por donde quiera que vaya. La vida de Z...