Capitulo 19

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Zehra.

Al poner un pie en la empresa todos me miraron, Irina venía de mi lado derecho y Aleksander de mi lado izquierdo. Los murmullos no faltaron y las miradas confusas, estupefactas, y llenas de envidia tampoco, entendía el porqué, pues después de aquel rumor sobre mi y Aleksander nadie se esperaba verme otra vez y llegando junto con ellos.

—Ignóralos —susurró Irina.

La miré y sonreí levemente dándole a entender que no me importaban sus miradas ni ofensas. Llegamos al elevador, los hombres de Alek presionaron el botón y en silencio nos quedamos esperando a que las puertas se abrieran. Una vez dentro Alek recibió una llamada y el la contestó y la terminó en su idioma natal lo único que logré entender fue "oficina" entendí una sola palabra y no cabía duda de que necesitaba unas clases de ruso ya que no era tan buena.

Salimos del elevador, inmediatamente la secretaria de Alek se nos acerca, saludando a todos menos a mi, miró coquetamente al hombre apuesto y le entregó unos papeles.

—Ya hacía falta en la empresa, Alek —lo tuteó.

Irina se carcajeo y le lanzó una mirada matadora y la corrigió.

—Señor Romanov, no seas atrevida, niña —la miró de arriba abajo— vamos, Zehra.

Irina me tomó de la mano y me llevó hasta su oficina, ella tomó asiento y me miró emocionada.

—Toma asiento, por favor.

Y así lo hice.

—¿Ocurre algo? —pregunté confundida.

—Mira, aquí en estos papeles está nuestro nuevo futuro, más el tuyo que el mío —me entregó unos papeles —quiero que los leas y los firmes, y si no estás de acuerdo con algo solo dímelo y yo lo arreglo o lo borro.

—¿Que es esto?

—Es lo que nos unirá como socias por mucho tiempo, tendrás el cincuenta por ciento de mi empresa y yo el otro cincuenta.

—Irina...

—No digas nada, solo léelo y fírmalo —me hizo ojitos, yo claramente no pude resistirme— tu oficina está al lado, todo está arreglado y la preparé a tu gusto, espero que te guste.

—Gracias, no tenías porque hacerlo.

—Claro que si, serás mi socia, ya eres mi mejor amiga y mi hermana.

—De verdad muchas gracias—dije amablemente.

—También tendrás tu propia secretaria o secretario, como tú quieras, hoy en la tarde te hice un espacio para que entrevistaras a varias persona para ese puesto, y eso es todo por ahora.

—Entonces me retiro —ella asintió.

—¿Quieres comer conmigo? —me preguntó antes de irme.

—Claro —le sonreí antes de salir y cerrar la puerta por completo.

Fui a mi nueva oficina y lo primero que noté fue el enorme ventanal detrás del escritorio donde se podía ver perfectamente Moscú. El diseño era minimalista, un lugar grande pero con pocos muebles, espacioso como me gusta, tenía una estantería con varios libros y alguno de ellos mis favoritos, y un juego de muebles blancos. Mientras observaba todo a mi alrededor con cautela y asombro, la puerta de la oficina se abrió fuertemente, asustándome por segundos.

—El señor Romanov la quiere ver en su oficina—avisó su secretaria con actitud.

—Ahí estaré.

La miré sin expresión alguna, pensé que se iría pero no fue así. Ella aún estaba parada en el marco de la puerta con unas carpetas en sus manos, su pelo estaba suelta y vestía un vestido algo inapropiado de color rojo, maquillaje y tacones exagerados.

My sweet Zehra[+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora