Capitulo 16

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Zehra.

Para cuando abrí los ojos, estaba oscuro en la habitación. Estaba acostada con una camisa blanca y bragas no recuerdo haberme cambiando de ropa. ¿Aleksander me vistió? Es imposible que yo no me hubiera dado cuenta. La confusión y las ganas de saber si me había visto desnuda me estaban haciendo sentir estresada, y ese sentimiento no me gustaba para nada, a pesar de que Aleksander era un hombre bastante apuesto y sexy.

Los eventos del día anterior estuvieron ante mis ojos. Con horror volví a meterme debajo de las sábanas. Todo lo que descubrí, saber que mi familia está en peligro vigilados por los trabajadores de un asesino, y la muerte de esas personas habían sido demasiado.

—No te vestí yo— escuché una voz.

Poco a poco me quité las sábanas de la cara para mirar a Aleksander. Estaba parado recostado en el marco de la puerta del balcón. Tenía puesto una ropa menos elegante, pantalones negros de chándal y una camiseta amplia de color negro, tenía los brazos cruzados, el cabello deshecho y descalzo; si no fuera por el hecho de que se veía fresco, apetitoso y como nuevo habría pensado que acababa de salir de la cama.

—Una de las muchachas de limpieza lo hizo— continuó hablando— tampoco estuve aquí cuando lo hizo, te prometí que no pasaría nada sin tú permiso, aunque no te niego que las ganas de mirarte me mataban. Sobre todo porque parecías estar inconsciente, le diste mucha lucha a la señorita para que te cambiara, estabas rendida parecías un muerto, te entiendo han sido muchas cosas en poquito tiempo y es difícil que tu cerebro lo procese todo tan rápido.

Aleksander se veía despreocupado y satisfecho. Parecía olvidar el odio que siento hacia el.

Me levanté y me apoyé en la cabecera de la cama. El aún con la misma expresión esperó las primeras palabras de mi boca.

—Tu hermana mató a dos personas —susurré— le disparó y la miraste como si hubiera hecho una obra de caridad a niños sin familia.

Su mirada se volvió fría, la cara de despreocupación y satisfacción desapareció. Fue remplazado por una máscara de seriedad e intransigencia que ya conocía.

—Irina te explicó todo.

—Pero quiero que me lo expliques tú ¿Cómo le hiciste para no sentir remordimiento? ¿Acaso no pensaste en sus familias?

—Zehra, no acepto oposición, mentiras y tampoco aceptó la desobediencia y mucho menos la traición. Para mi lo más importante es la lealtad, se que aún no estás lista para esta vida, probablemente nunca lo estés.

Se acercó a mi y se sentó en el borde de la cama. Me peinó suavemente con los dedos, como si aún no creyera que me tenía frente a él. En un momento dado, me pasó la mano por debajo de la cabeza y me agarró fuertemente del pelo, se subió sobre mi sentándose en mis piernas, inmovilizándome por completo. Su respiración se aceleró, y sus ojos brillaron intensamente, un brillo exclamando deseo, enseñando que puede ser feroz como un animal. Estaba muerta de miedo, mi cuerpo temblaba debajo del suyo, el vio ese miedo y le gustó, le excitó.

Después de lo que vi anoche entendí que el no era un hombre de juegos, si quiero que mi familia esté segura necesitaba aceptar sus condiciones. Alek me apretaba el cabello cada vez más fuerte, pasando su nariz por mi cara, robándose mi aire y mi aroma. Estaba metiendo aire en mis pulmones a las malas, absorbía su aroma, aquel olor masculino que tanto lo caracterizaba. Quería cerrar los ojos para mostrarle falta de respeto y fingir que no sentía absolutamente nada, pero hipnotizada por su mirada salvaje no podía apartar los ojos de él.

No podía ocultar que era un hombre hermoso, muy de mi tipo. Ojos claros, cabello castaño, labios maravillosos y bellamente dibujados, barda de unos días, que ahora me cosquilleaba suavemente las mejillas, ¡Y su cuerpo! Era una locura, largas piernas envueltas a mi alrededor, hombros masculinos y fuertes y un pecho extendido, podía ver lo trabajado que era su cuerpo a través de su camisa.

My sweet Zehra[+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora