Capítulo 10.

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Zehra.

Volví al restaurante pero antes de presentarme otra vez ante los demás, limpié las lágrimas que corrían por mis mejillas. Al llegar actué como si nada me hubiera pasado, tomé asiento al lado de Irina recibiendo una mirada de confusión por su parte.

—¿Donde estabas? —me susurró al oído.

—Fui por un poco de aire, me sentía un poco abrumada.

Al momento llegó Aleksandr, sentí su mirada sobre mi, de reojo miré a Irina y esta tenía cara de que ya tenía una idea de lo que ocurría, por alguna razón siento que ella sabe todo lo que ha pasado entre su hermano y yo. La forma de actuar de Aleksandr siempre tiende a afectarme de una manera que no puedo explicar. El tomó asiento frente a mi y actuó como si nada ya que comenzó a hablar con el señor Muñoz y con Vladimir. Arturo había desaparecido pero eso no era lo que me tenía intranquila.

Volví a mirar a Aleksandr, simplemente no podía dejar de hacerlo, era lo más hermoso que había visto, pero también lo más dañino que había conocido, se que si me dejó llevar por mi corazón terminaré lastimada y no quiero.

—Vamos a la barra, creo que necesitamos hablar —me susurra Irina al oído, yo no me negué.

Tomamos asiento en la barra, Irina ordena los tragos para ambas y luego me mira esperando a que yo dijera algo pero no tenía planeado contarle lo que me tenía de esa manera.

—Como no hablarás , lo haré yo.

La miré.

—Se que sientes algo por mi hermano, no te culpo, el es apuesto, adinerado, y muy....

—Espera... —la interrumpí— ¿quien dijo que siento algo por tu hermano? —Irina bufó.

—Nadie tiene que hacerlo, tú eres muy obvia, Zehra, tranquila yo no seré el tipo de hermana protectora que te amenazara para que te alejes de él, al contrario, te ayudaré a que puedas estar con el.

—No, yo no quiero estar con el...

—¿Por qué? —pregunta confusa.

—Irina, tú y yo sabemos que tu hermano no es un santo.

—Nadie es santo, Zehra.

—Lo se, pero tu hermano no es alguien que valore a la mujer como tiene que ser...

—¿Como estas tan segura? —ladeó la cabeza— ¿acaso lo conoces? —intensificó su mirada.

Irina.

Ciertamente la sangre me hervía, ella estaba hablando de mi hermano, y si es cierto que el nunca ha tomando a una mujer enserio, pero porque el no la a considero la indicada. Desde que ocurrió el accidente en el que mi padre murió, Aleksandr ha cambiado, tan solo tiene cabeza para una sola mujer y reconozco que su amor no es el más sano pero si el más sincero.

—Mira, Zehra, yo conozco muy bien a Aleksandr y se perfectamente que si tú no le importaras para nada no me habría propuesto traerte a Ibiza con nosotros sabiendo que tú no tienes nada que hacer aquí...

—¿Aleksandr te pidió que me trajeras?

Me mordí la lengua, era algo de lo que ella no se tenía que enterar, hay muchas cosas que yo he hecho por petición de él, como por ejemplo; el vestuario que llevó al aniversario de la empresa, la ropa que lleva justo ahora la compró el, no yo, también la invitación a Ibiza fue todo idea de él.

—Respóndeme, Irina.

—No... yo lo mencioné y el acepto, eso es todo... —Carraspeo incómoda— el punto es que no deberías de juzgarlo sin conocerlo primero, tú solo sabes lo que aparece en las revistas de chismes.

My sweet Zehra[+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora