Aleksander.
Han pasado siete días desde la desaparición de Zehra, y no hemos podido encontrarla. Su ausencia me tenía irritado y desesperado también sentía miedo. No he parado de buscarla, la he buscado hasta debajo de las piedras y nada que aparece, me he obligado a pensar en que ella aún seguía con vida porque la posibilidad de que no fuera así era muy alta y pensar en ello estaba acabando conmigo.
—Mira como tienes la habitación, Aleksander, parece que pasó un terremoto por aquí —Dijo Irina mirando a su alrededor— ¿Que es ese olor? Apesta a ratón muerto —hizo una mueca de disgusto.
Abrió las cortinas y las ventanas, la claridad después de tanto iluminaba la habitación que había estado en oscuridad por varios días. El rayo de sol me pegó en la cara, incomodándome. Irina me miraba con lástima y eso era lo que más odiaba.
—Te sacaré los ojos si sigues viéndome así —gruñí entre dientes.
Irina.
—No es cierto, nunca me harías daño —caminé hacia el en medio del desastre.
Había ropa sucia tirada en el suelo, una que otra botella de alcohol vacía, comida y eso era lo que apestaba a ratón muerto. Aleksander tenía los ojos rojos y las ojeras bien marcadas, tenía una barba despeinada y de varios días, podía notar lo descuidado que estaba. La desaparición de Zehra lo ha llevado al extremo del descuido, no podía seguir viéndolo así, tampoco estaba acostumbrada a verlo destruido.
—Levantarás el culo de esa silla, te darás un baño, te quitarás la barba de días que traes y luego te cambiarás y perfumarás, tenemos muchas cosas que hacer y con el trasero pegado no estás haciendo nada.
—Déjame solo —respondió con la típica respuesta, sabía que me diría eso.
—Bueno, espera y verás...
Salí de la habitación y fui por un tarro lleno de agua para luego volver a la habitación y tirarle el agua fría encima. Aleksander se molestó muchísimo, la mirada de animal hambriento no faltó pero a mi no me asustó así que lo miré mucho peor.
—Harás lo que te dije y listo, no eres un bebé, Aleksander, Zehra aún sigue viva y está esperando a que la encontremos.
—¿Cómo sabes que sigue viva? —me preguntó deprimido.
—Solo lo sé.
Y la verdad tenía la misma dudas que todos, no sabía si estaba muerta o viva, también estaba preocupada por ella, también quería encontrarla y abrazarla, a mi también me hacía falta pero en situaciones así siempre tiene que haber alguien que piense positivo y la verdad es que ni Aleksander, ni Artem y ni Vladimir están siendo positivos.
Empujé a mi hermano hacia el baño, fui hacia la regadera y abrí la llave dejando el agua caer, giré sobre mis pies y Aleksander me miraba disgustado.
—No me veas así, te bañaras quieras o no —demandé— soy capaz de desnudarte y bañarte como niño pequeño, ¿eso es lo que quieres?
—Puedo hacerlo solo, sal de aquí.
Podía notar la pocas ganas que tenía pero que accediera a bañarse era un pasó más.
Zehra.
El olor cada día que pasaba se hacía más fuerte y más rancio, era difícil acostumbrarme, comía muy poquito, la verdad era que no me daban muchas ganas de comer, mi cuerpo se encontraba débil y frío, hace dos días atrás comencé a ver como mi cabello se caía y llegué a la conclusión de que era por la falta de alimentos y líquido, también por el estrés de estar encerrada entre cuatro paredes sin una ventana o un pequeño hueco por donde entrara luz o un poco de aire.
ESTÁS LEYENDO
My sweet Zehra[+21]
Short Story"Siempre habrán ángeles en el infierno y tentaciones en el paraíso." Polos opuestos, llamados por el destino. Zehra una mujer con cara angelical, aura de diosa, cuerpo de infarto que irradia elegancia y clase por donde quiera que vaya. La vida de Z...