Capítulo 21

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Zehra.

Aterrizamos en Ibiza sin ningún problema. El chofer abrió la puerta de la camioneta negra mientras que yo me acomodaba la ropa y el cabello. Alek le dio la vuelta al coche y se quedó parado a un lado de la puerta del coche mirándome, esperando a que yo lo siguiera, pero tan solo lo miré sin expresión alguna.

Al ver que no me movía decidió acercarse a mi y sin decir nada me cargó como saco de papas llevándome hacia donde el se encontraba antes, cuando mis dos pies por fin tocaron el
Suelo decidió agarrarme las nalgas para luego decir.

—Entra —ordenó.

Lo miré sorprendida por aquella acción. Sonrió ligeramente, y me hizo señas con los ojos para que entrara al carro. Nuestros equipajes ya estaban en la parte de atrás. Una vez que el coche arrancó Alek comenzó a usar su teléfono mientras que yo pensaba en lo rápido que había salido del aeropuerto, nunca había salido tan rápido de un aeropuerto.

De camino a la casa de la playa las cosas se pusieron un poco intensas, Aleksander se había aburrido de usar el teléfono y no tenía su periódico para entretenerse lo que quería decir que su última opción para divertirse era yo. Sus ojos voltearon a verme solo como el sabía hacerlo, con lujuria y una pizca de diversión. No entendía el porqué de su mirada, ahora toda su atención estaba sobre mi, lo que me ponía nerviosa.

—¿Tengo algo en la cara, o que? —rompí el silencio.

Alek subió la ventana que dividía los asientos de adelante y los de atrás para darnos un poco más de privacidad, mi ceño se frunció al
Ver su acción, no me confiaba para nada.

—Te la chuparé —dijo sin pelo en la lengua.

Mis ojos se abrieron como platos, estaba anonada no sabía que decir ni cómo reaccionar a su repentino comentario, mis mejillas comenzaron a calentarse y también algo más; mi vagina. La escuchaba gritando por el miembro de Aleksander, deseosa de sentir aquella magnífica creación por los mismos dioses.

Su mirada se prendió más, decidí no mostrarle miedo porque eso lo empeoraría más, ya que eso lo excitaba aún más.

—Esperaba esa respuesta—sonrió ligeramente ante mis intentos fallidos de chica fuerte.

Me tomó de las piernas y me jaló acostándome en el asiento, me abrió las piernas y subió mi vestido, Aleksander se colocó de rodillas frente a mi y continuó mirándome con deseo. Cuando se acercó a mi para darme un beso cerré los ojos, mi cuerpo podía ser inmune a cualquier cosa menos a él, sentía como todo mi ser lo llamaba, lo ansiaba con todas las ganas del mundo.

Terminemos con esto, pensé. Esperando sentir sus labios húmedos sobre los míos abrí los ojos para luego darme cuenta de que solo me miraba muy de cerca, entonces pensé que tan solo quería jugar como siempre, hasta que llevó sus manos a su pantalón y se retiró el cinturón para luego decir:

—Dame tus manos —pidió.

—¿Que, para que?

No respondió y me agarró de las manos para luego amarrarlas con el cinturón , intente levantarme del asiento pero el me lo impidió.

—Aún no empiezo así que no te atrevas a levantarte —susurró, retiró mis bragas— no sabes todo lo que desearía hacerte aquí, nena.

My sweet Zehra[+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora