Capítulo 27

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Zehra.

Todos nos encontrábamos en cubierta, desayunando. La mesa estaba llena de algo que nunca podía faltar en nuestra comida y eso era las frutas, también teníamos pan, huevo, salchicha y para bajar la comida café regular, café con leche, y jugo de naranja. Yo por mi parte decidí servirme un poco de jugo y los demás optaron por el café negro, no entendía como podían tomarse algo tan amargo.

El día estaba resplandeciente, el sol en lo más alto y caliente, más de lo usual, la brisa era suave y el yate estaba detenido. Habíamos terminado de comer cuando Aleksander decidió levantarse y hablar.

—El equipo de buceo nos espera en la popa —metió sus dedos en su cabello y los peino levemente.

Mi mente le envió electricidad a mi cuerpo cuando decidió pasarme las imagines de lo que había sucedido anoche, mis ojos lo veían con hambre a pesar de que ya había desayunado. Aleksander llevaba puesto unas bermudas blancas y una camisa desabrochada del mismo color, traía unas chancletas marrones y el pelo algo desordenado por el viento. Tragué en seco cuando me miró y me sonrió coquetamente. Se había dado cuenta de cómo lo miraba y algo de Alek es que es muy arrogante y estoy segura de que más tarde estará jodiendome porque me cachó desnudándolo con la mirada.

—¿Equipo de buceo? —pregunté.

Este asintió.

...

El equipo de buceo se encontraba en la popa como el había dicho, y el muchacho que lo estaba desplegando traía loca a Irina. Tenía su voz chillona martillando mi tímpano.

—Es tan guapo, tan solo mírale ese cuerpo —se mordió los labios, me reí ligeramente por sus muecas y locuras.

—No le veo la gran cosa —musité y está al escucharlo decidió mirarme estupefacta—

—¿No me estás hablando en serio, o si? —asentí— tan solo míralo bien, Zehra, es demasiado guapo, y el hecho de que te guste mi hermano no significa que no puedas ver ni disfrutar las delicias de la vida.

Me reí. Aleksander era un paquete completo, lo tenía todo, no tenía que buscar nada en nadie más.

—¿Tú crees que sea español? —me encogí de hombros, la verdad es que no me interesaba adivinar de dónde era— parece más irlandés.

El chico era pelirrojo y tenía ojos verdes, también la cara llena de pecas.

—¿No tienes curiosidad por saber cómo se llama, o de dónde viene? —negué— aburrida que eres, yo iré a investigar, ya regreso.

Dijo y luego se marchó. La miré caminar y hablar con el haciendo gestos estúpidos y chistosos. Una respiración caliente rozaba mi cuello y por la colonia masculina pude deducir de quien se trataba.

—Te ves muy sexy con ese bikini— me susurró y mi piel no tardó en erizarse.

Llevaba puesto un maravilloso bikini naranja de victoria's secret, tenía unas gafas de sol sobre mi cabeza y unas chancletas blancas.

—Resalta tu pálida piel —continuó y acarició mi hombro.

—Tu también te ves...sexy —volteé a verlo.

—¿Estás lista para bucear? —negué.

—Nunca lo he hecho, tengo miedo de ahogarme.

My sweet Zehra[+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora