Capítulo 24

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Zehra.

Cuando agarré el metal con mis manos y lo miré para examinar su reacción, el se quedó allí, y todos los hombres a su alrededor ignoraron a las mujeres que tenían sobre sus piernas y me observaron a mí junto con Alek. A pesar de tener muchos años sin subirme a un tubo, recuerdo perfectamente lo que había aprendido por varios años. Bailar era algo completamente natural para mi, que conocía a la perfección y que entrenaba desde pequeña. Me dejé llevar por el alcohol, la música, y del ambiente del lugar en el que estaba.

Moví mi cuerpo al sexy ritmo de la música, sintiéndolo en cada parte de mi ser, cerré mis ojos y tan solo pude disfrutar de lo que estaba haciendo. A pesar de estar tomada tenía control de cada movimiento haciéndolo ver perfecto y muy sensual. Después de un tiempo, miré en la dirección en donde se encontraba Aleksander. Ahora el lugar estaba vacío, pero tenía todas las demás miradas sobre mi, y había una en particular que me hacía sentir desnuda y algo avergonzada; Arturo me miraba con enojo, confusión y a la misma vez con deseo.

Al darme la vuelta me quedé congelada. Los ojos salvajes, fríos, y animales de Aleksander me derritieron; si las miradas mataran yo estaría cien metros bajo el mar. El estaba de pie a unos pocos centímetros de mi. Lo rodeé con mi pierna, y le entretejí los dedos en el pelo.

Besé su cuello lentamente y me deje caer al suelo, lo llevé hacia uno de los sofás y lo hice sentar, di un giro y apoyé mis nalgas en su entrepierna, moviéndolas suavemente, al ritmo de la música. Aleksander me agarró por las caderas presionándome más contra su entrepierna.

—Serás mía, te lo garantizo, y luego te follaré cada vez que quiera, en donde sea, y a la hora que sea.

Me reí coqueta, y volví a la plataforma. Y luego uno de los hombres embobado por mi, se levantó y me agarró de la muñeca, tirando de mi hacia el. Perdí el equilibrio y caí sobre el sofá. El hombre subió mi vestido y me golpeó varias veces el trasero, gritando algo en ruso. Lo primero que pensé fue en levantarme y darle en la cabeza con una botella pero no podía moverme. En un momento dado sentí como alguien me tomaba en brazos y me alejaba de aquella bestia , y cuando levanté la cabeza vi que era Arturo, el comenzó a caminar hacia afuera de la cabina, antes de irme giré mi cabeza y vi que Aleksander sostenía el cuello del hombre que hace rato me había tocado.

También vi como saco su arma para apuntarle y dispararle sin pensarlo. Antes de desaparecer por completo noté su mirada negra sobre mi y Arturo.

Arturo.

Inmediatamente saqué a Zehra de aquel lugar, llevándola hasta afuera de aquel club, su cuerpo comenzó a moverse desesperadamente sobre mis brazos y a duras penas podía hablar. Cuando la dejé en el suelo empezó a vomitar descontroladamente, agarré su cabello y acaricié suavemente su espalda.

Tiempo después ella había recuperado la respiración y se encontraba un poco más calmada, aunque su rostro se veía pálido y con un gesto de shock.

—Zehra... —mencioné su nombre, su mirada estaba perdida y su cuerpo se tambaleaba ligeramente —¿Estás bien? —intenté tocarla, pero sin pensarlo dos veces se alejó de mi.

—¿Tú también formas parte de esto? —me preguntó, juzgándome con la mirada— pensé que eras diferente, parecías ser buena persona.

—Lo soy, tan solo acompañaba a mi padre, el es el que tiene negocios con Aleksander, pero ¿Cómo te sientes? —intenté acercarme pero se alejó una vez más.

—No te me acerques —ordenó— tú eres igual a ellos.

—No, Zehra.

—Si, si lo eres y tal vez peor —seguía dándome aquella mirada que no me gustaba para nada, me sentía lo peor del mundo.

My sweet Zehra[+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora