Capítulo 29

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Zehra.

Busqué y busqué y nunca lo encontré. Salí del baño y terminé cruzándome con Artem, y ciertamente me sentí algo aliviada ya que no me gustaba estar sola y perdida en un lugar donde no conocía a nadie.

—Te extrañé, Artem —dije casi en un puchero.

—¿Estás bien? —asentí— te he estado buscando, me tenías con el corazón en la boca—dijo entre risas mientras que caminábamos para adentrarnos en la multitud.

—Yo los estaba buscando, me desconcentré un poco comiendo chocolate y cuando voy a mirar hacia donde se suponía que estarían pues, no estaban.

Un mesero pasó por nuestro lado y Artem no dudó en tomarle dos copas.

—¿Dónde esta Aleksander? —le pregunté tomándome un sorbo.

Artem me miró con pena.

—Zehra, yo no puedo...—levanté la mano y el dejo de hablar.

—Tomémonos el bar entero y divirtámonos —añadí inclinado la copa hasta el fondo.

No me estresaría por la conducta de Aleksander. Si no podía saber que estaba haciendo ni en donde estaba, entonces no pensaría en el. Artem y yo estuvimos hablando por un buen tiempo, bailamos y cantamos entre risas una que otra canción, me había dado cuenta de que ambos éramos muy parecidos, teníamos mismos gustos musicales, sabíamos bailar de todo, y a los dos nos gustaba cantar y hacer chistes estúpidos y sin sentido. Los tragos se me subieron a la cabeza lo que me llevó a tranquilizarme un poco, mi mente dejó de mentirse así misma y comenzó a pensar en el hombre que ponía mi mundo patas arriba.¿Por qué lo extraño? Solo quiero verlo y estar con el. Artem me sacó de la tormenta de pensamientos.

—¿Estás bien? Tú rostro cambió drásticamente.

Iba a responder pero una bola de personas con cámaras enormes nos rodearon. Cuando vi todas esas luces y gente, sentí algo de miedo. La mirada de Artem se mantuvo por encima de mi hombro, me sentía abrumada por toda la gente que me tomaba foto, ni siquiera sabía el porqué.

—¿Estás lista? —preguntó, fruncí mi ceño y ladeé mi cabeza.

—¿Para que? —pregunté muy confundida.

—Para mi— escuché un acento familiar, y el fuego en mi interior se prendió— siento haberte dejado sola, tuve que resolver unos asuntos... te extrañé.

Su rostro se expandió con una sonrisa sexy y bonita. Mi deslumbrante secuestrador estaba frente a mi, mirándome con ternura, me impresionó la forma en la que me miraba.

—Vamos —extendió su mano hacia mi, y después de un rato yo la tomé.

Caminaba a su costado apretando su mano derecha, nerviosa. Las luces de las cámaras no paraban, de pronto mi cabeza hizo que todo el ruido desapareciera y que tan solo pudiera escucharlo a él.

—Zehra, tu.... —se detuvo y tomó un suspiro— te ves tan encantadora hoy.

Sonreí ante sus palabras.

Leonardo.

El trago amargo rasgaba y quemaba mi garganta. Mi cuerpo caliente e hirviendo, desde el segundo piso observaba a la "tierna pareja" que se dejaba fotografiar por todos los periodistas. Gruñía internamente, pues había clavado todo mi interés en la mujer que anteriormente disfrutaba de mi chocolate.

—Señor —escuché una voz conocida detrás de mi, jamás volteé a verlo, ni tampoco contesté.

Estaba muy concentrado en el show de aquella pareja, de mi cabeza no salían todas las ideas macabras que tenía para separarlos.

My sweet Zehra[+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora