Capítulo 23

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Zehra.

—Vístete, tenemos que estar en uno de mis clubes, en media hora —dijo limpiándose la cara.

Aleksander desapareció una vez que entró al baño, yo me quedé acostada por un rato, analizando lo que acababa de pasar. Entonces una ola de rabia y celos me inundó, pensar de que estuvo con otra mujer después de decirme que me amaba me hervía la sangre, de tan solo pensarlo quería matarlo.

Fui al baño y el ya se encontraba casi listo.

—¡¿Me explicarás que sucedió con ella y quién es ella?! —grité cuando se dio vuelta lentamente.

—¿Que pasa, nena? —tenía aquella mirada juguetona, se apoyó despreocupadamente del lavamanos— ¿por qué tan interesada en ella? —alzó una de sus cejas— es una puta.

—No, no lo es, ella dijo que...

Me interrumpió.

—Se lo que te dijo —giró los ojos— hace tiempo atrás, mucho antes del accidente en donde te vi por primera vez, la conocí en una fiesta en mi casa hecha por mi madre, ella y mi madre son muy cercanas, se conocen desde pequeñas.

—Eso no es lo que me interesa.

—Cuando la vi me gustó, era un adolescente inexperto, lleno de curiosidad por saber que era follar... pasando el tiempo noté como me miraba y me coqueteaba así que una vez decidí llegar a su casa tocar su puerta y besarla, esa noche ella me enseñó lo que es ser hombre, prácticamente me enseñó a follar.

—Ella puede ser tú madre —musité con algo de asco.

—Lo sé pero, nunca me importó —dijo sin importancia — ya que te contesté puedes irte a cambiar.

—Aún te falta una pregunta por responder —Aleksander frunció su ceño— ¿Por qué después de follartela viniste a mi?

—No me la folle, no llegué a tocarla.

—Eres un mentiroso —aseguré.

—Llegaste a tiempo, no llegué a tocarla, Zehra así que deja de preguntarme cosas estúpidas y vístete —se molestó.

—No me cambiaré hasta que me digas a donde vamos —me crucé de brazos.

—A uno de mis clubes.

—¿Dónde? No sabía que tenías clubes.

—Hay muchas cosas que no sabes, nena.

—¿Dónde es, como se llama?

—¡Zehra! —exclamó estresado— vete a cambiar, se nos hace tarde.

—Está bien, no tienes que gritarme, no estoy sorda —antes de irme le di una última mirada.

Fui a mi habitación y elegí un vestido plateado con lentejuelas, un poco transparente y corto, me quedaba un poco más por encima de mis rodillas, era escotado y tenía la espalda completamente descubierta, me hice una cola alta y comencé a maquillarme, pinté mis ojos con tonos azules y algo de negro, mis labios los pinté de un color piel con un toque de rosado, me coloqué mis tacones y lo último que hice antes de salir fue mirarme en el espejo y tomarme fotos.

Cuando Artem tocó la puerta yo estaba tomándome fotos un poco provocadoras, quería jugar un poco con Aleksander luego.

—Joder —dijo cubriéndose los ojos nerviosamente— si sales así el señor Romanov me matará.

Me reí burlonamente y me paré frente a él.

—¿Quieres elegir mi perfume de esta noche? —lo miré directamente a los ojos haciéndolo sonrojar—

My sweet Zehra[+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora