<<No puedes desatar el infierno con esa carita y pretender que siga siendo un ángel>>
Ricky
Miro a mi secretaria, quien casi acaba de gritar como si hubiera visto a un demonio.
—"Carla, cariño. Últimamente está como paranoica, te sugiero que te tome el resto del día libre y vaya a ver a un psicólogo"
—"No estaría paranoica si esa mujer no me hubiera amenazado"— Miro por todas partes buscando a alguien pero nadie está cerca. —"¿Qué mujer?"—Preguntó.
—"La misma que lo esperó la otra vez en su oficina, no sabe esperar aquí como gente normal". — Si hubiera sabido que Adelaida estaba en mi oficina, habría venido más temprano.
—"Tranquila, Carla, yo me encargo de ella".— me dirigí hacia mi oficina.
Cuando abro la puerta la veo sentada en mi silla. Al parecer ya se le estaba haciendo una costumbre. —"Porque, demonio, tardaste tanto en llegar a tu empresa". — La escucho decir mientras me giro para cerrar la puerta. —"Quizá porque soy el dueño". — Volví a girarme para mirarla.
—"Porque demonio no me respondiste el mensaje". Todavía tiene el descaro de preguntar por su estúpido mensaje. — "Iba a confirmarte hoy". — Digo, caminando hacia ella.
—"Lo hubiera sabido y no habría viajado a Alemania por nada". — Dice mientras se pone de pies. — Joder, solo le importa su estúpido negocio.
— "Podemos resolver ese viaje que hiciste por nada".—digo, mientras envolvía su cintura con mi brazo.
—"¿Cómo haría eso?". —pregunta.
—"He tenido una fantasía de ti desnuda sobre mi escritorio desde el momento en que te vi sentada en mi silla"
—"Y qué piensa hacerme si acepto cumplir tu fantasía" Se pasa la legua por sus labios, me encantaba la manera tan rápida que tenía de ponerme duro.
—"Porque mejor no te lo muestro"
Acercó su boca a la mía antes de sacar su lengua y pasarla sobre mis labios. Abrí la boca para dejar que me besara, pero la hija de puta echó la cabeza para atrás con una sonrisa.
—"Otros días con gusto, pero tengo que regresar a Italia". —Dice. Subí mi mano libre hasta su cabello antes de hacer un puño con ello, incliné su cabeza hacia atrás.
—"Me importa una mierda que tenga que regresar a Italia". — Acerco mi boca hacia la de ella. —"Y que sea la última vez en tu puta vida que te eche para atrás cuando quiero besarte".— dije antes de chocar mis labios con lo de ella.
Sus labios sabían mejor de lo que recordaba. La tomé de la cintura con mis dos manos antes de cargarla y subirla a mi escritorio.
Separo sus labios de los míos. — "De verdad Ricky, tengo que irme a Italia, solo vine a confirmar contigo".— Si hubiera sido otra mujer, la dejaría ir, pero las ganas que tenía de volverla a tener en mis brazos y estar dentro de ella eran más grandes.
— "Si ese es el caso, no confirmo la entrega de mañana".—Respondo volviendo a buscar sus labios otra vez.
Nunca me cansaría de besarla. — Baje mi mano por su pierna antes de subirle el vestido.
—"Ricky, no podemos, otro día sí". — Me alejé de ella. —"¿Por qué demonio no podemos?"
—"Estamos en tu oficina, y de verdad tengo que irme". — Intenta bajarse del escritorio, pero la detengo.
— "Te dejaré ir, pero solo tendrá que confirmarme algo".
Me mira. —"¿Qué quiere que confirme?"
Me acerco para estar lo suficiente cerca de ella. —"Si cuando entre mi mano en tu braga y no salga mojada, puede irte". — Subo mi mano por su mulo, separando sus piernas. —"Pero si lo está, dejará que te coja aquí sobre mi escritorio"
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Amor Peligroso {1}
ActionDicen que la traición viene de quien menos la espera. Pero lo que no te advirtieron que viene de alguien a quien ama. Ese era el pensamiento de Ricky después de enamorarse. Cuando una mentira sale a la luz, todo se vuelve en duda. Pero cuando un odi...