Eres mia. Parte 2

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<<Ella se ve como la entrada al cielo, pasando por el infierno>>

Ricky

Esta mujer era mi maldita perdición, pero joder no me importaba.

—"¿Qué piensa hacer?".—pregunta mostrando una sonrisa.

—"Eso te lo voy a mostrar".

Le quité toda la ropa, tenía suerte de que esta vez no se la rompí. Miré su cuerpo desnudo y no me cansaba de admirar el cuerpo de reina que tiene. El apodo de reina de Italia le quedaba más que perfecto.

La coloqué en el sofá. Subí hasta su boca, devorando sus lindos y rosados labios con un beso ardiente, desesperado y cargado de posesividad.

Coloqué mi mano en su parte íntima, sonreí al sentirla tan mojada. — Incliné mi cabeza hacia su oído. — "No quiero escucharte hacer ningún ruido mientras te cojo con mis dedos". — Sólo le estaba dando un castigo.

Introducir dos dedos dentro de ella, la escuché gemir. —"Que acabo de decir".— Reclame.

Comencé a mover mis dedos, no la escuché gemir. Bajé mi cabeza hasta su cuello y comencé a dejarle varias marcas . Me encantaba hacérsela porque me hacían sentir dueño de ella.

Baje hacia sus senos antes de llevarme uno a la boca.La escuché, gemí, me incliné hacia atrás. —"Si escucho otro gemido más, no dejaré que te vengas".

Volví a concentrarme en sus senos y dejé varios chupetones en ellos. Necesitaba que cualquier hombre que mirara una parte de ella viera mi marca.

—Por favor Ricky". — suplicó.

—"Solo tienes que decir, lo siento, te escucharé la próxima vez". — Pero por primera vez se quedó en silencio, era demasiado orgullosa para decir algo así.

Saqué mis dedos de ella. — "No. ¿que cree qué haces?. Vuelve a hacer lo que estaba haciendo"— la escuché quejarse.

—"Solo tienes que decirlo y no tendrá mis dedos sino mi boca".— dije mostrando una sonrisa. La escuché maldecir.

—"Bien. Lo siento, te escucharé la próxima vez". — Me miró. — "Pero si no vuelves a hacer lo que estabas haciendo, juro por Dios que no te escucharé nunca".

Me arrodillé entre sus piernas. Coloqué mis manos en cada parte de sus mulos para abrirla más. — Pasé mi legua por su centro.

Empecé a comerla como si fuera mi postre favorito. Joder, lo era. Nunca me cansaría de su sabor en mi lengua.

—"Demonio Ricky"— gritó.

Miré hacia arriba, ella tenía la cabeza hacia atrás, su pecho subía y bajaba, era la mejor imagen que he visto en mi vida. Verla así a mi merced, empezaba a ponerme duro.

Comencé a follarla con mi legua, subiendo y bajando por su centro. Introducir un dedo dentro de ella.—flexionó las caderas y se retorció, reaccionando justo como lo esperaba. Prolongé aquel movimiento con mi lengua y mi dedo hasta provocarle un orgasmo.

—¡Ricky! — Gritó agresivamente, envuelta en nada más que placer.

Subir para reclamar sus labios. — La besé con pasión.

—"¿Está bien, hermosa?".—pregunté.

—"Sí".— contesta.

—"Qué bueno, porque ahora necesito estar dentro de ti para terminar mi festín"

Amor Peligroso {1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora