Secuestro

244 12 0
                                    

Adelaida

Estaba en el carro de camino a mi nueva casa de seguridad con Lucas cuando unos hombres no hicieron parar. Están parando al frente del carro apuntándonos con sus armas.

—"¿Quiénes diablos son esos hombres?" — Le pregunté a Lucas mientras sacaba mi pistola de la cartera.

—"Al parecer los mismos que atacaron la casa de seguridad".— responde Lucas.

Los hombres se acercan hasta estar rodeando el carro, todavía apuntándonos.

—"Sal, sabemos que está ahí". — Escucho hablar a uno de ellos.

Lucas y yo nos miramos levantando nuestras armas.

—"Contaremos hasta 3 si sabes lo que te conviene, sal del puto carro ahora". — Vuelve a gritar él mismo.

Empiezo a deslizarme por el asiento para llegar a la puerta. —"No hago eso, es lo que ellos quieren".— Habla Lucas.

—"No podré la vida de mi bebé en juego, será peor si no salgo".

Abrí la puerta del carro y cuando salí ellos apuntaron hacia mí. Todavía tenía mi pistola en mi mano, la bajé, no podía enfrentarme a 5 hombres a la vez.

—"Tú también".— Habla uno mirando por la puerta a Lucas.

Lucas se bajó apuntando con la pistola a los hombres. —"Baja la pistola si sabe lo que te conviene". — habla uno de ellos. Pero Lucas, no bajo la pistola, seguía apuntándole.

—"Que baje esa puta pistola". — Todos apuntaron a mi cabeza. — "Dale la maldita orden de que baje la pistola o te llenamos de tiro". — Habla el mismo que siempre habla desde que estaba dentro del carro.

Miré a Lucas. —"Bájala es una orden". — Pero él siguió apuntando, y me llené de enojo. —"Lucas, maldición es una puta orden, baja esa pistola ahora". — Respiré agradecida cuando lo hizo.

Dos hombres me agarraron y me quitaron mi pistola, luego vi cómo hicieron lo mismo con Lucas.

—"Súbelos a la camioneta".

Cuando los dos hombres me llevaron a la camioneta. Me sentaron junto con Lucas y luego me pusieron una capucha.

—"El jefe estará muy feliz de llevarle a la reina de Italia". —Escuché a uno de ellos hablar.

No podía ver, pero sentí cómo la camioneta empezó a moverse.

—"¿Adónde me llevan?" — pregunté.

—"Con la persona que mató a tu esposo".— Mi corazón se aceleró al punto que lo sentía casi salir de mi pecho.

Amor Peligroso {1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora