Recuentro

300 20 0
                                    

Adelaida

Cuando llegué a Alemania no perdí tiempo y me dirigí hacia la empresa de Ricky.

Como era de esperar, cuando llegó la puta de su secretaria se colocó en la puerta. —"Tengo prohibido dejarla pasar". — Como si me importara lo que le prohíben.

—"Muévete o te muevo".— Pero la puta se quedó pegada a la puerta. —"Entonces te moveré".— Camine hacia ella con la mano entendida lista para enredarla alrededor de su miserable cuello. Pero la puerta de la oficina se abrió.

Ricky sale de su oficina—"¿Carla, cariño, está bien?". —¿Cariño? Acaba de llamar a su secretaria, cariño. Pero ni siquiera me mira.

—"Sí, estoy bien. Sr. Ricky". — La secretaria me mira. —"La señorita, aquí quería pasar a la fuerza". — Como si se hubiera dado cuenta de mi presencia por primera vez, me mira.

—"Llama a seguridad, que la saquen de mi vista".— dijo mientras se daba la vuelta. Yo de aquí no me iba hasta hablar con él.

Me giré hacia su secretaria y saqué mi pistola. —"Si sabe lo que te conviene, yo soy tú y no tomo ese teléfono". — La vi bajar la mano temblorosa. Me giré hacia la puerta de la oficina y la abrí , entré a la oficina.

Se giró para verme. —"Ahora también va a matar a mi secretaria". — Todavía tenía la pistola en mi mano.

—"Si es necesario, no dudaré en hacerlo".— caminé hacia la silla mientras guardaba mi pistola en mi cartera. —"Necesitamos hablar".— dije cuando finalmente tomé asiento.

—"No hablo con traicionera". — Ya no me importaba lo que dijera; vine aquí a hablar con él; sus palabras no iban a poder conmigo.

—"No me iré de aquí sin que me escuche". — Miré cómo se paró y caminó hasta mi silla antes de pararse frente a mí.

Me agarró de lo cabello obligándome a ponerme de pies. — "Creo que fui claro cuando dije que si volvía a estar cerca de mí no dudaría en matarte". — No me había dado cuenta de que tenía una pistola hasta que la colocó en mi garganta.

—"Mátame, es la única forma que puedes para callarme". — Me miró por primera vez a los ojos desde que entre a su oficina.

—"Sabe lo peor, que ahora mismo estoy luchando con la gana de meterte un puto tiro o hacerte mía". — No me esperaba esa última parte, vi cómo su mirada bajó hacia mi boca antes de subir nuevamente hacia mis ojos. —"Sal de mi vista antes de que haga algo que pueda arrepentirme". — De que se podría arrepentir de matarme o de tenerme de nuevo en sus brazos.

—"No me voy". — dije.

—"¿Qué quieres?" —pregunta.

—"Necesito hablar contigo".— dije. Se alejó de mí, sentándose nuevamente en su silla.

—"Tienes 5 minutos".— Dijo colocando su pistola en el escritorio.

Vine a decirle que olvidáramos todo, que lo perdoné. Después de todo, mi traición fue mucho peor que la de él.

—"Siento el daño que te hice".—dije. Pero él solo me miró y echó la cabeza hacia atrás.

—"No me hiciste ningún daño. El daño hubiera sido si me habría enamorado de ti. Pero solo follamos, solo pasamos un gran momento juntos". — Me miró a los ojos. —"Tú lo disfrutaste yo también, pero solo era diversión nada más".

Amor Peligroso {1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora