Secretos

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Adelaida

Acaban de secuestrarme y las dos únicas personas en las que he pensado han sido mi hijo y Ricky.

«Ricky, mi amor» Tanta cosa que le diría en este momento, tanto beso que moriría por darle. Quiero decirle que vamos a tener un hijo que me enamore de él.

«Mi hijo, mi bebé» Es lo único que puedo pensar, que puedo decir que moriré sin ver nacer a mi hijo. Sin saber si es una niña o un niño, si saldrá igual a su padre o a mí.

—"Suéltame y le mostraré de lo que soy capaz".— Reconocí que su voz era la de Lucas.

Nos habían amarrado a una silla, todavía teníamos la capucha, no sabía dónde diablo estábamos.

—"Dejen ir a la reina si saben lo que le conviene".— Volvió a gritar Lucas.

En una fracción de segundo mi capucha fue quitada, abrí mis ojos y miré a mi alrededor, estaba en una bodega con unos 15 hombres rodeándome. Busque a Lucas, estaba cerca de mí.

—"¿Está bien?". — Le pregunté cuando sus ojos se toparon con los míos.

—"¿Estás bien?"— Pregunta.

—"Sí. no me hicieron nada".

—"Yo estoy bien ahora".— respondió. Me reí, estaba más preocupado por mí que por él mismo. Sin duda no me arrepiento de tenerlo como mi hombre de confianza.

—"Silencio, el jefe ya está aquí".— Escuché a uno de ellos gritar.

Miré hacia la puerta que acababa de abrirse. Mi boca se abrió de shock o enojo cuando vi a la persona parada frente a mí.

—"Pero mira quien trajo la suerte, a la mismísima reina de Italia".— dijo con una sonrisa.

—"Noah".— grité.

—"Él mismo, ¿conoce a otro?"

—"Te juro que te mataré, te lo juro maldito".— Volví a gritar.

Se acercó a mí, intenté alejarme de él pero estaba amarrada, sentada en una silla, no había escapatoria.

—"Porque me vas a matar, por secuestrarte, por matar a tu querido esposo, por el atentado en tu casa o por robarte la mercancía".

—"Tú, fuiste tú todo este jodido tiempo".

Coloco sus manos en mi rodilla. —"No, solo puse alguna ficha y tú caíste como estúpida". — Empezó a acariciar mis mulos. Sus caricias me daban asco.

Maldición. Este hombre era mi peor enemigo y yo caí por su jodida trampa como una estúpida.

—"Juro que te mataré con mis propias manos".— Le escupí su cara.

Sonrió limpiándose la saliva, luego se llevó el dedo a la boca chupándolo. —"Rico".

Agarro mi cabello en un puño y tiro fuerte de el hacia atrás. —"Pero no soy el culpable de nada".— dijo mientras se acercaba a mi boca.

—"Qué diablo está diciendo"— pregunté.

—"La culpable eres tú por estar tan rica, pero lástima que no pueda cogerte".

—"Nunca me tendrá, prefiero morir antes de tener tus asquerosas manos sobre mí".—Contesté intentando salir de su agarre.

Él levantó una mano para pegarme pero un hombre lo detuvo. —"Cuidado, el jefe no te perdonará que le pegue a su reina". — Lo miré, jefe, al otro jefe.

—"¿Qué jefe?".— le pregunté a Noah.

—"El jodido jefe que hace años ha intentado tenerte para él, el jefe que mató a tu querido esposo Alex y el que ahora mismo mandó a matar a tu querido Ricky"

Amor Peligroso {1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora