<<Ella es lo más parecido al cielo,
pero quema como el infierno>>Ricky
Estoy en el despacho de mi casa. No sé cuánto vaso de whisky me he tomado. Tengo un humor de mierda.
—"¿Que pasó?".—Pregunta Isaac asomándose por la puerta.
—"Largo de mi vista, no quiero ver a nadie".— Pero el muy estúpido se acercó sentándose.
—"Cuéntame"—Le di un trago a mi bebida.
— "Puede creer que se atrevió a terminar lo nuestro por golpear a su pelele". — Isaac se ríe, lo fulmino con la mirada.
—"Yo también creo que te pasaste, es su hombre de confianza, es obvio que tiene que estar cerca de ella"
—"Me importa una mierda quien sea". — Me levanto de mi silla. — "Vamos, necesito que me lleves a un lugar". No me iba a quedar como un estúpido aceptando su decisión, necesito hablar con ella.
Isaac me llevó hasta el hotel donde Adelaida se estaba quedando. No sabía si estaba en su habitación pero iba a esperarla si era necesario.
Camine hasta su habitación. — Llámame a la puerta, pero no hubo respuesta. Lo intenté de nuevo.
Cuando por fin abrió la puerta, me miró; llevaba una pijama. — "¿Qué demonio hace aquí?" — Pregunta.
—"Necesitamos hablar". — Quiero entrar a la habitación pero ella no me deja.
—"Hablamos lo suficiente en tu oficina". Intenta cerrar la puerta, pero la detengo con una mano.
—"Aceptó que me pasé, no debí golpearlo". — Claro que era mentira, disfruté cada golpe, pero ella no necesitaba saber eso.
—"No te creo". —dice mirándome con desconfianza.
—"Te estoy diciendo la verdad, jamás le volveré a poner un dedo arriba".— Abrió la puerta, dejándome pasar.
Cuando cerró la puerta, la volteó para que su espalda quedara pegada a la madera. —"Ricky". — La escuchó hablar.
—"Te necesito, necesito estar dentro de ti. Necesito sentirte alrededor de mí".
Bajé mi cabeza hasta su cuello dejando pequeño beso, sentí su cuerpo temblar. — Subí hasta su boca para besarla. Gimió entre mis labios.
—"Habitación ahora".—dijo despegandose un poco de mis labios.
—"No. Te quiero coger aquí contra la puerta". — Necesitaba estar dentro de ella ya.
Le quité toda su ropa. — La ayudé a quitarme la mía. Se sentía tan jodidamente bien tenerla desnuda contra mi piel.
Baje mi cabeza buscando uno de sus hermosos senos. Agarré uno con mi boca mientras el otro lo tomaba con mi mano. La escuché, gemí. Cada parte de ella sabía deliciosamente. Agarre su otro pezón en mi boca.
Subí nuevamente para reclamar su boca. La besé con toda la gana que le tenía. Abrió su boca, aproveché la oportunidad para introducir mi lengua en ella. Bajé una de mi mano hasta su centro. Gimió entre mis labios cuando mi mano tocó su vagina, froté su clítoris con lentitud, sintiendo los escalofríos que recorrían su cuerpo.
La cargo sin soportar la gana de estar dentro de ella. Colocó mi pene en su entrada antes de bajarla lentamente sobre el. Gemimos cuando entró completamente en ella. Nunca me cansaría de tenerla alrededor de mi pene.
—"Muévete, por favor". — suplicó.
Empecé a moverme cada vez más rápido. Miré cómo intentaba callar sus gemidos. No tenía idea por qué lo hacía. — "¿Por qué demonio intenta callar tus gemidos?" —pregunté.
—"Me escuchará". — Contesta.
—"Me importa una mierda que escuchen". — Me acerco a ella. —"Necesito escuchar tus gemidos". Escucharla gemirme me encantaba.
—"Vamos, amor, gime para mí". — Empecé a entrar dentro de ella de golpe cada vez más fuerte.
—"Oh Dios Ricky". —gritó.
—"Esa es mi chica". —La traje hacia mi boca para besarla.
Empecé a salir de ella lentamente mientras entraba de golpe. Sus gemidos se convertían en grito cada vez que entraba. Sabía que en esta posición me sentía más profundo.
La tomé de la cintura más fuerte, busqué sus ojos. —"Júrame que nunca vas a terminar esto". — Casi perdí la puta cabeza cuando salió de mi oficina.
—"Júramelo, Adelaida, júrame que nunca más dirás lo que dijiste en mi oficina".
—"Lo juró".— Dice entre gemido.
—"Ahora vente para mí, hermosa. Déjame sentir cómo me aprieta". —Cerró sus ojos antes de echar la cabeza hacia atrás.
—"No. mírame, necesito que me mire cuando te venga"— subió la cabeza abriendo los ojos. Mirándome con esos hermosos ojos.
Seguí moviéndome sin piedad, estaba cerca, ella también podía sentirlo por la forma en que apretaba mi pene.
—"Ricky".— Gritó cuando un hermoso temblor recorrió su cuerpo.
—"Podría verte venir durante hora, sabe lo hermosa que te ves".
Empujé varias veces antes de llenarla. —"Adelaida".— Susurré su nombre, mientras buscaba su boca para besarla.
Cuando nuestras respiraciones se calmaron. Busque su mirada. —"¿Está bien hermosa?". — Me sonríe.
—"Si".— Contesta.
—"¿Está lo suficientemente bien como para aguantarme de nuevo? ¿Y otra vez? ¿Y la jodida noche entera?
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Amor Peligroso {1}
AksiDicen que la traición viene de quien menos la espera. Pero lo que no te advirtieron que viene de alguien a quien ama. Ese era el pensamiento de Ricky después de enamorarse. Cuando una mentira sale a la luz, todo se vuelve en duda. Pero cuando un odi...