Regalame un beso

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Adelaida

Miró a Ricky sin creer lo que acaba de salir de su boca. Vine aquí dispuesta a matarlo, y me salta con que está loco por mí.

—"Cállate, no sabe lo que dice".—dije intentando concentrarme.

Agarro mi mano donde tenía la pistola y la bajo despacio. —"Sé muy bien lo que digo, si me vas a matar necesitaba decírtelo". — Acerca su cuerpo cerca del mío. — "Dame un último regalo antes de que me mate"

—"Qué regalo".— pregunté.

—"Un beso, quiero morir luego de probar tus labios".— contesta. Por Dios, este hombre empezaba a hacerme olvidar la verdadera razón por la que vine.

—"Solo uno".— dije acercando mi boca a la de él. Mentiría si no dijera que también quería ese beso.

Lo besé despacio sin querer que el momento se acabara, pero él agarró mi cabello en su mano para profundizar el beso, haciendo que se volviera salvaje.

Casi me despegé del beso cuando mi pistola calló al suelo haciendo que me sobresaltara.

Él despegó sus labios de lo mío. — "Ahora sí puede matarme".—¿Cómo demonio lo haría? Ya estaba mojada con un simple beso.

—"Júrame que no fuiste tú quien mandaste atacar mi casa de seguridad".

—"Te lo juró, nunca te haría daño".— dijo, miré sus ojos en busca de la verdad. Tenía razón, sus ojos no mentían.

Eso me hizo preocupar más, un robo de mercancía, un atentado, eso quería decir que tenía otro enemigo y uno que no dudaría en matarme.

—"Te creó".— dije bajando a recoger mi pistola del piso.

Cuando volví a bajar, él me agarró de la cintura llevándome contra su boca de nuevo. — El beso tan depredador hizo que mi rodilla se flojeara. Cada beso con él era mejor que el anterior.

Se despegó unos centímetros de mis labios, me miró a los ojos. —"Ahora que ya no quieres matarme, te puedo coger, es que me calienta verte con una pistola en la mano sin miedo a matar". — Este hombre cada día me aseguraba lo loco que estaba.

—"Sí".— Conteste buscando sus labios. Sentí cómo puso sus manos en mi trasero antes de levantarme. — Empezó a caminar, no sabía hacia dónde hasta que llegamos a la habitación.

—"Qué pasa con cogerme donde sea".—pregunté.

—"Para lo que te voy a hacer necesito una cama".— habla caminando hacia un cajón.

—"Qué me vas a hacer".—Miro cómo saca algunas cosas de la caja antes de voltearse hacia mí. Miro viene con una esposa en la mano.

—"Cogerte amarrada bajo mi merced"

Amor Peligroso {1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora